Mientras que la mayoría de los caldos de verduras (instantáneos) que se comercializan son bastante ricos en sal, este caldo de verduras sin sal añadida es todo lo contrario. Esto permite que se aprecien mejor otros aromas y lo hace mucho más saludable para el organismo.
Usos culinarios:
Al caldo de verduras sin sal, que tiene mucho más en cuenta nuestra salud, se le dan los mismos usos que al caldo de verduras tradicional. Se emplea para dar sabor a salsas, estofados, guisos y sopas, para refinar masas de pan y pizza y como un ingrediente más para algunos aliños. Asimismo, en él suelen cocerse distintas guarniciones como arroz, quinua y cuscús, a los que aporta su delicado, pero sabroso sabor.
La sal que encontramos en este caldo bajo en sal procede, como no podía ser de otra manera, de los mismos ingredientes. La ventaja de este tipo de caldo es que la cantidad de sal extra se puede ajustar totalmente.
Algo que no solo veganos y vegetarianos deberían leer: Los veganos a menudo comen alimentos poco saludables. Errores nutricionales evitables. |
Adquisición:
El caldo de verduras bajo en sal se comercializa en tiendas de productos ecológicos y, a veces, en herbolarios. Dado son muy pocos los fabricantes que ofrecen caldo de verduras sin sal adicional, lo más sencillo es adquirirlos por Internet (Veggiepur, Sonnentor). Los caldos de verdura bajos en sal comerciales tienen la ventaja de tener una mayor vida útil y ser muy prácticos.
Elaboración casera:
Preparar caldo de verduras casero y sin sal es muy sencillo, no importa si lo queremos líquido, granulado o en polvo. Es recomendable preparar directamente una buena cantidad, ya que el caldo tiene una vida útil larga.
Lo más sencillo es comprar verduras liofilizadas y triturarlas con una batidora de alta potencia hasta alcanzar el tamaño deseado.
Sin embargo, el caldo siempre será más aromático si empleamos verduras, (p. ej. tomates, zanahorias, pimientos, apionabo, cebollas, chirivías, ajo), hierbas aromáticas (perejil, apio de monte) y especias (pimienta, clavos, laurel) frescas. Colocar la verdura limpia y cortada en dados en una batidora o en una picadora de alta potencia. Otra opción es rallarlas o picarlas muy fino. Después, deshidratar la mezcla en el horno a 100 °C durante varias horas y finalmente, dejar que se enfríe. Si emplea un deshidratador de alimentos, puede hacer el deshidratado a temperaturas más bajas y, de esta manera, conseguir que el alimento mantenga mejor las vitaminas sensibles al calor. Por último, triturar para hacerlo más fino. Guardar en un frasco de rosca y asegurarse de que esté deshidratado de verdad.
Encontrará una receta para preparar caldo instantáneo en el siguiente enlace: caldo instantáneo de zanahorias, apio y puerros.
Para los que prefieran preparar caldo líquido, cocer las verduras con abundante agua, llevar a ebullición y después dejar que la olla tapada siga cociendo a fuego lento durante un buen rato (hasta tres horas), de forma que se protejan los aromas. Retirar el caldo del fuego y verterlo en frascos de cristal con cierre de rosca si está caliente o en cubiteras de hielo si está ya frío. El caldo de verduras muy reducido y sin sal suele conocerse como fondo de verduras, ya que puede emplearse como base de un delicioso caldo de verduras.
Encontrará una receta para preparar caldo líquido en el siguiente enlace: caldo de verduras vegano concentrado.
Almacenamiento:
Ya sea en polvo o granulado (deshidratado), si se protege de la luz y de los olores, el caldo de verduras vegetal se conserva en perfectas condiciones durante varios meses. El caldo de verduras cocido tiene una vida útil muy similar a la de otros alimentos en conserva.
Composición:
El caldo de verduras sin sal es poco nutritivo, aporta pocas calorías y apenas contiene grasas.
Aspectos relacionados con la salud:
El caldo de verduras sin sal se prepara solo con verduras y destaca por lo natural que es: además de contener pocos azúcares, como es lógico, ya que las verduras no los contienen, también es pobre en sodio y no tiene potenciadores del sabor (glutamato, extractos de levaduras), conservantes, componentes de relleno, sal ni azúcares adicionales.
Evitar productos terminados y alimentos estimulantes puede ayudarnos a «resenbilizar» nuestras papilas gustativas, lo que nos permitirá descubrir sabores completamente nuevos.
El consumo excesivo de sal puede dañar el organismo. Además, tiene una gran importancia en la aparición y tratamiento de la tensión arterial alta (hipertensión), sobre todo en aquellas personas que están genéticamente predispuestas. Como no está muy claro quién es «sensible a la sal», se recomienda por precaución emplear menos de seis gramos de sal al día para prevenir la hipertensión.1
Peligros / Intolerancias:
El caldo se prepara con apio y este es uno de los 14 alérgenos más importantes. Si se es sensible a él, es recomendable prestar mucha atención a a la lista de ingredientes en los productos comerciales o, si se prepara en casa, simplemente no utilizarlo.
Información general:
El caldo de verduras comercial es, principalmente, sal, grasas, especias, potenciadores del sabor, condimentos, pero lleva muy poca verdura. La sal mejora la conservación del caldo, aunque el porcentaje difiere enormemente según el fabricante.
El caldo de verduras bajo en sal contiene mucha menos sal que los caldos tradicionales, pero el caldo de verduras sin sal adicional solo contiene el sodio propio de las verduras.
Fuentes:
- Biesalski K H, Grimm Peter, Nowitzki-Grimm Susanne. Taschenatlas Ernährung. 6ª edición. Stuttgart; 2015. Editorial Thieme Sttutgart.
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