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Falafel al horno

El falafel se elabora con garbanzos triturados y se condimenta con hierbas aromáticas y especias. Preparado al horno es menos graso que frito.
La información que hemos recopilado sobre el ingrediente procede del Departamento de Agricultura de EE. UU.
40,3%
Agua
64
Macronutrientes carbohidratos 63.97%
/18
Macronutrientes proteinas 17.62%
/18
Macronutrientes grasas 18.41%
Ω-6 (LA, 1.9g)
Ácidos grasos omega-5 como el ácido linolénico (LA)
 : Ω-3 (ALA, 0.1g)
Ácidos grasos omega-3 como el ácido alfa-linolénico (ALA)
 = 17:1

La proporción de ácidos grasos omega-6 y omega-3 no debería superar el  5:1. Enlace al texto explicativo.

Aquí, 1.86 gramos de ácido esencial linoleico (LA) y 0.11 gramos de ácido esencial alfa-linolénico (ALA) = 17:1.
Proporción total de omega-6 = 1.86 gramos y ácidos grasos omega-3 total = 0.11 gramos = 17:1.
De media, necesitamos dos gramos de LA y ALA, a partir de los cuales un cuerpo sano es capaz de producir EPA, DHA, etcétera.
Tablas de nutrientes

El falafel es típico de las cocinas de Oriente Próximo y parte de Oriente Medio, así como del norte de África. En Israel, este plato vegetariano que cada vez disfruta de más popularidad en occidente y que tantas proteínas aporta, es el plato nacional. La preparación puede variar, aunque los alimentos básicos son los garbanzos, la cebolla, el ajo y las especias; el falafel tiene una gran demanda, sobre todo entre las personas veganas y vegetarianas. Aunque suele asociarse con freidoras, nosotros recomendamos prepararlo al horno, pues de esta forma resulta más saludable y menos graso. Otra alternativa es freírlo en una sartén. El falafel combina de maravilla con lechuga fresca y crujiente, un humus aromático en el que mojarlo o salsa de tomate casera.

Preparar falafel casero:

Puede preparar su propio y delicioso falafel utilizando la receta de Falafel verde al horno de Terry Hope Romero que encontrará en nuestra página.

Preparación general:

Del artículo de Wikipedia en español: «Lo que hace diferente al faláfel de otras albóndigas, es que las habas o garbanzos no se cuecen: simplemente se ponen en agua hasta que se ablandan y luego se trituran (se les puede quitar la piel antes) mezclados con ajo y una buena cantidad de cilantro, principalmente, para formar una pasta. Con esa pasta se hacen unas bolas achatadas (con esta forma posteriormente se pueden meter en pan de pita) que se fríen en abundante aceite. En ocasiones puede utilizarse también harina de garbanzo, harina de trigo o pan rallado, para dar más consistencia a la mezcla».

- Guarnición:

«El falafel se sirve normalmente con tahini (salsa de sésamo) o humus (de garbanzo), así como diversas verduras salteadas y en una pita, que es un pan muy fino. Para picar entre horas, el falafel se mete en el pan de pita o en una tortilla de trigo con verduras o lechuga. Suele utilizarse zumeque para elaborarlo *».

«Es costumbre servirlo como entrante, formando parte de una comida de entrantes típica de la cultura árabe llamada meze, con el complemento de una salsa de yogur, muy común también en otros países mediterráneos como acompañamiento de muchos platos, compuesta de yogur, aceite de oliva, ajo muy picado, zumo de limón y, menta fresca picada y sal».

Freír u hornear:

Muchas veces, sobre todo cuando se vende en puestos callejeros, el falafel se fríe. Con una freidora o una olla con abundante aceite conseguimos hacer las bolas más rápido y que estas queden más crujientes, pero también se pueden preparar al horno. Esta última variante no es para aquellos que no tengan freidora, sino para los que busquen una alternativa menos grasienta y más saludable, ya que aunque los garbanzos no contengan colesterol y sean bajos en grasas, absorben una cantidad considerable de estas últimas durante la fritura y la preparación al horno nos ayuda a evitarlas. Además, cuando freímos hay que tener en cuenta no solo la calidad del aceite, si no las veces que se ha usado. Estos aceites no solo contienen niveles más altos de ácidos grasos trans, que están asociados con enfermedades cardiovasculares, sino también acrilamida, que tras algunos estudios en laboratorio se ha clasificado como «potencialmente cancerígena».

Composición:

Traducción del artículo de «en.wikipedia.org/wiki/Falafel»: «Sobre todo si se prepara con garbanzos, el falafel contiene una cantidad importante de proteínas, hidratos de carbono complejos y fibra alimentaria. Algunos nutrientes clave son el calcio, el hierro, el magnesio, el fósforo, el potasio, el cinc, el cobre, el manganeso, la vitamina C, la tiamina, el ácido pantoténico, la vitamina B o el folato. Entre los componentes fitoquímicos se encuentra el beta caroteno. El falafel es rico en fibra alimentaria hidrosoluble que, entre otros usos, se asocia con la reducción del nivel de colesterol en sangre».

La composición varía según los ingredientes con los que se prepare el falafel. En la tabla nutricional que encontrará a continuación se describen de forma más precisa los componentes y las cantidades de una receta básica.

Almacenamiento:

Si se conserva en un recipiente cerrado en la nevera, la masa de falafel se conserva en perfectas condiciones hasta cinco días sin que esto afecte al sabor.

Popularidad y vegetarianismo:

Traducción del artículo de «en.wikipedia.org/wiki/Falafel»: «El falafel se ha convertido en una alternativa a la carne muy apreciada por veganos y vegetarianos en los puestos de comida callejeros; además, las mezclas envasadas listas para preparar también se pueden encontrar en tiendas para veganos y tiendas de productos ecológicos. Aunque originalmente se contemplaba como un sustituto vegetariano a las hamburguesas, el falafel se ha extendido enormemente y cada vez son más las personas que lo consumen como fuente de proteínas. En Estados Unidos, la versatilidad del falafel ha permitido reformular recetas como el pastel de carne, los espaguetis o las albóndigas y convertirlos en platos aptos para vegetarianos».

Expansión:

«El lugar y el momento de origen del plato se desconocen, aunque se presupone que se trata de una receta bastante antigua. Algunos historiadores suponen que se originó en Egipto, donde también se conoce como Ta'amia, de la mano de los cristianos coptos como plato sin carne para los momentos de ayuno. Otras teorías sitúan el punto de origen en el Líbano o en Palestina. El falafel se puede encontrar en las cocinas de Oriente Próximo y en algunas de Oriente Medio, así como en el norte de África.

En Israel, el falafel se considera plato nacional y todos sus habitantes lo preparan, independientemente de su origen étnico, credo o religión. En la cultura sefardiana-árabe-judía de Oriente Medio, el falafel ha tenido siempre un lugar permanente en la tradición culinaria local, mucho antes de la fundación del estado de Israel.

En países europeos como Alemania, el falafel aparece a principios de la década de los ochenta en los puestos callejeros de comida árabe y como alternativa al kebab turco *».

Nota: * = Traducción del artículo de Wikipedia en alemán.

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