El yogur de soja es un producto sin proteína de leche ni lactosa. Se elaboran a partir de leche de soja fermentada a la que se le añaden una serie de bacterias que hacen que tenga unas propiedades similares a las del yogur tradicional. Dado que en la Unión Europea la denominación «yogur» solo se puede utilizar en productos elaborados con leche de vaca, los fabricantes suelen emplear otros nombres para comercializar sus productos.
Elaboración:
«El yogur de soja se elabora mediante un proceso de fermentación, de forma muy similar al yogur de leche de vaca. La leche de soja se mezcla con bacterias de ácido láctico, principalmente Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus salivarius subsp. thermpohilus, lo que hace que la leche de soja cuaje y se obtenga un producto de consistencia firme y un sabor ligeramente ácido. La consistencia es algo más blanda que la del yogur de leche de vaca, por lo que a veces se le añade algún espesante *».
Prepararlo en casa:
«El yogur de soja se puede preparar en casa si se añade fermento para yogur o un yogur de soja ya terminado a la leche de soja. Después solo hay que calentar la mezcla en una yogurtera y, tras unas horas de fermentación, obtendremos el yogur de soja. El procedimiento se puede repetir las veces que se desee. Si se quiere preparar yogur de soja más consistente, hay que añadir azúcar para fermentar a la leche de soja (como máximo, 10 gramos por cada litro). La leche de soja casi no contiene azúcar, mientras que la leche de vaca contiene alrededor de un 5 %. El azúcar “alimenta” las bacterias de ácido láctico y favorece el proceso de fermentación. El yogur de soja que se obtiene tiene un sabor ácido más intenso *».
Composición:
«100 gramos de yogur de soja puro, sin frutas, aporta de media 245 kJ (59 kcal), así como 4,7 gramos de proteínas, 3,2 gramos de hidratos de carbono y 2,7 gramos de grasa. Sin embargo, estos porcentajes pueden variar ligeramente en función del producto y del fabricante. El yogur de soja contiene isoflavonas y suelen enriquecerse con calcio.
El yogur de soja no contiene gluten, colesterol, proteína de leche ni lactosa. Por lo tanto, las personas alérgicas a la leche de vaca o con intolerancia a la lactosa pueden consumirlo sin problemas. Dado que tampoco contiene productos de origen animal, resulta más que apto para la alimentación vegetariana y vegana *».
Denominación en la Unión Europea:
«Según el Reglamento n° 1898/87(1) del Consejo, de 2 de julio de 1987, relativo a la protección de la denominación de la leche y de los productos lácteos en el momento de su comercialización, no está autorizado utilizar la denominación “leche” para un producto diferente de los productos lácteos procedentes de la industria lechera».
«El concepto “yogur de soja” se utiliza sobre todo en el día a día, mientras que los fabricantes suelen emplear palabras artificiales como Savia o Sojade *».
Comparación con el yogur de leche de vaca:
Traducción del artículo de «en.wikipedia.org/wiki/Soy_yogurt» en inglés: «El yogur de soja puede tener un ligero sabor a soja si se prepara directamente a partir de leche de soja fresca. Este sabor se aprecia menos en productos de soja comerciales elaborados también con leche soja comercial.
El yogur de soja tiene menos grasa que el yogur de leche de vaca. El yogur de soja está compuesto por un 2,7 % de grasa, aproximadamente (un porcentaje muy similar al de la leche de soja), mientras que el yogur de leche de vaca cuenta con un 3,5 %. Sin embargo, este último también puede contener 2 %, 1 % o nada de grasa si se elabora con leche desnatada. Lo mismo puede suceder con el de soja *».
Un aspecto que no se ha tratado en esta entrada es la ausencia de hormonas de crecimiento utilizadas en animales en el yogur de soja, hormonas que sí se encuentran en los productos lácteos tradicionales. Si desea saber más sobre este tema, visite nuestra reseña sobre el libro ¡Leche mejor no! de Maria Rollinger.
Nota: * = Traducción del artículo de Wikipedia en alemán.
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