La cebolla granulada se elabora a partir de cebollas deshidratadas. Durante el proceso de secado (hidrólisis o liofilización), la cebolla pierde el agua, lo que le permite mantener su sabor durante el mayor tiempo posible.
Diferencia entre granulado y en polvo:
A diferencia del granulado, la cebolla en polvo se muele mucho más fina. Por lo tanto, cuando vaya a comprar preste atención al producto y a que este no lleve especias u aditivos para intensificar el sabor.
Cebolla fresca y granulado:
La cebolla granulada tiene un sabor más intenso que la natural. Una cucharadita de cebolla granulada equivale a una cucharada y media de cebolla natural picada. Sin embargo, nosotros siempre recomendamos utilizar la opción más natural.
Usos culinarios:
La cebolla granulada se puede utilizar como sustituto de la natural en casi cualquier ocasión (excepto para preparar cebollas rellenas, por ejemplo). Es perfecta para condimentar y refinar el sabor de sopas, salsas, marinadas, ensaladas y platos de verdura.
Para añadirla a la receta se recomienda mezclar la cebolla granulada con un poco de agua para que esta quede bien repartida. Esto es incluso más importante si utilizamos cebolla en polvo.
A diferencia de la cebolla picada, la cebolla granulada no nos hace llorar. Además, también nos permite preparar recetas para los niños pequeños que sepan a cebolla sin que estos la vean en el plato.
Conservación:
En las condiciones de almacenamiento adecuadas, es decir, protegida de la luz, la cebolla granulada se conserva hasta tres años.
Comentarios