Para la sopa de colirrábano | |
100 g | Anacardos, ¿crudos, eco? (cajús) |
300 g | Colirrábanos, crudos |
1 | Chalota, cruda (20 g) |
1 | Lima, cruda (67 g) |
350 ml | Agua potable (350 g) |
¼ cdta. | Sal de mesa (1,5 g) |
1 cda. | Aguamiel (12 g) |
2 cdas. | Aceite de oliva (27 g) |
8 hojas | Hierbabuena de Marruecos (1,2 g) |
¼ | Chile tabasco, rojo, crudo (eco?) (1,2 g) |
Para condimentar | |
1 pizca | Sal de mesa (0,40 g) |
1 pizca | Especias, pimienta negra (0,10 g) |
El día anterior
Dejar los anacardos en remojo durante toda la noche. Al día siguiente, escurrirlos.
Preparar la sopa
Retirar la piel de la lima y exprimir el jugo. Limpiar el colirrábano, pelarlo y cortarlo en daditos. Pelar la chalota y cortarla también en trozos pequeños.
Agregar todos los ingredientes a una batidora de vaso y triturar durante unos minutos hasta obtener una crema fina.
En lugar de las cantidades que indica la autora, nosotros hemos decidido utilizar la mitad, pero puede adaptarlas en función del número de comensales y de la cantidad que desee servir. Además, también puede incluir menos agua si desea obtener una textura distinta.
Condimentar y servir
Salpimentar la sopa de colirrábano y meterla en la nevera para que esté muy fría a la hora de servir.
La lima y la menta aportan a esta sopa su maravilloso frescor, mientras que los anacardos y el colirrábano son los encargados de darle esa textura tan cremosa.
Anacardos: en realidad, los anacardos no se pueden adquirir crudos, ya que su cáscara contiene un aceite tóxico (cardol) que hay que desactivar con calor (por ejemplo, tostándolos) antes de su consumo. Los anacardos contienen gran cantidad de minerales, como el magnesio, que fortalece los huesos, y hierro, que es un componente importante de la hemoglobina y, por lo tanto, de los glóbulos rojos. Dado que la vitamina C favorece la absorción del hierro, el zumo de lima no se añade solo por el sabor que aporta al plato, sino también por el ácido ascórbico que contiene.
Colirrábano: el colirrábano es una de las muchas variedades de repollo que se cultivan. Podemos distinguir dos tipos, que se diferencian sobre todo por el color y la temporada de recogida: el colirrábano verde y el colirrábano morado. La carne de ambos vegetales es de color verdoso y no se aprecian grandes diferencias en el sabor. Ambos tipos tienen un sabor dulce muy suave que deben a los ácidos málico y cítrico, que resultan dominantes. A la hora de comprar el vegetal, es importante fijarse en que el tubérculo no tenga grietas. El colirrábano se conserva en perfectas condiciones durante una semana en el cajón de las verduras de la nevera.
Para enfriar: si no tiene tiempo suficiente para que la sopa se enfríe en la nevera, añada algo de hielo picado.
Reducir la cantidad de aceite: hemos reducido de forma deliberada la cantidad de aceite para cuatro comensales de cuatro cucharadas a una. Si desea saber más sobre alimentación y aceite, visite nuestra reseña sobre el libro Sal, azúcar y grasas.
Utilizar las hojas del colirrábano: si el colirrábano que emplea es ecológico, no tire las hojas, ya que las puede preparar como verdura (tal y como haría con las espinacas) y contienen prácticamente el doble de vitamina C que el tubérculo y casi cien veces más de caroteno.
Ingredientes adicionales para la sopa: «Si así lo desea, puede añadir a la sopa como suplemento un par de rabanitos o rábanos cortados en dados, rodajas de champiñón, picatostes o aceite de semillas de calabaza». (Josita Hartanto)
Otros edulcorantes: en lugar de aguamiel (sirope de agave), puede utilizar otros edulcorantes como miel de acacia (aunque en el sentido más estricto, no se trata de un alimento apto para veganos) o azúcar moreno.
Ahorrar tiempo: deje en remojo los anacardos durante una o dos horas o, si no tiene tiempo, también puede no hacerlo. Aun así, hay que tener en cuenta que los anacardos se digieren mejor si han estado un tiempo en remojo.