La harina de coco es la pulpa del coco molida, deshidratada y a la que se ha extraído el aceite. Cuando se elabora leche o aceite de coco, la harina de coco se obtiene como subproducto. El alto porcentaje de hidratos de carbono indigestos que contiene en relación con otros productos implica que también se trate de la harina que más fibra contiene.
Composición y usos:
La harina de coco no tiene gluten ni colesterol. Además, es pobre en hidratos de carbono (en lo que respecta a los digeribles) y, a diferencia de la pulpa de coco, tampoco aporta demasiadas grasas. El alto porcentaje de ácidos grasos de cadena media favorece la absorción de minerales, sobre todo del magnesio y del calcio, así como de las vitaminas solubles en grasa que se obtienen de los alimentos. La gran cantidad de fibra que contiene hace que sea un gran aliado a la hora de cubrir las necesidades diarias de fibra. Una opción es espolvorearla sobre el muesli o sobre las ensaladas de fruta. La harina de coco tiene un aroma dulce y que recuerda a los frutos secos, por lo que es muy apropiada para emplear en platos dulces. Su enorme poder de absorción hace que resulte muy útil a la hora de ligar salsas.
Para hornear lo mejor es mezclar la harina de coco en relación 1:4 con otro tipo de harinas, así como añadir un poco más de líquido del que se indica en la receta para otro tipo de harina. Si solo se utiliza harina de coco, bastará con utilizar una tercera parte de la cantidad que se había especificado de harina tradicional.
La harina de coco se puede adquirir en tiendas de productos ecológicos o por Internet, aunque también existe la posibilidad de elaborarla en casa a partir de coco rallado.
Receta para elaborar harina de coco:
Cocer cuatro partes de agua por cada parte de coco rallado o pulpa de coco. Dejar que el coco se hinche durante unos 20 minutos. A continuación, triturar todo durante un par de minutos. Después, pasar la masa por un colador o tamiz con una tela para separar el líquido (leche de coco). Esta leche se puede consumir como bebida o utilizarse para cocinar. Dejar que el líquido se enfríe para que la grasa ascienda. Mientras tanto, colocar el coco rallado y escurrido sobre papel vegetal para hornearlo. Dejar que se deshidrate durante dos o tres horas a una temperatura de entre 60 y 90 °C. Una vez fuera del horno, triturar hasta conseguir que la harina de coco adquiera la consistencia deseada.
Si la harina de coco se guarda en un tarro para conservas y en un lugar fresco y seco, se mantendrá en perfectas condiciones durante unas cuatro semanas.
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