Para la ensalada | |
250 g | Sandías, crudas |
270 g | Jícamas, crudas |
Para el aliño | |
2 | Limas, crudas (134 g) |
3 cdas. | Semillas de calabaza, tostadas, sin sal (30 g) |
1 cda. | Hierbabuena de Marruecos (5,7 g) |
1 cda. | Chile en polvo (8,0 g) |
⅓ cdta. | Sal marina (1,7 g) |
Para la ensalada
Pelar la sandía y cortarla en dados grandes. Pelar la jícama y cortarla en dados de más o menos 1,2 centímetros de grosor.
Una alternativa a la jícama sería utilizar 350 gramos de pepino pelado y sin semillas (para cuatro raciones).
Para el aliño
Exprimir las limas y picar la menta. Mezclar el jugo con las semillas de calabaza tostadas, la menta picada, el chile en polvo y la sal en un cuenco. Después, añadirlo a la mezcla de sandía y jícama y dejar que repose durante cinco minutos.
Para cuatro raciones, el autor utiliza chile guajillo en polvo y, de manera opcional, añade media cucharilla de chile piquín en polvo.
Servir
Servir directamente después de haberlo dejado reposar.
Esta sencilla y rápida de preparar ensalada de sandía y jícama con semillas de calabaza, menta y chile es refrescante, picante y aromática a la vez.
Jícama (nabo mexicano): la jícama, también conocida como pelenga o nabo mexicano, es originaria de México y de América del Sur, aunque hace siglos que llegó a Asia. De este tubérculo, que almacena agua, grasas y que es pobre en proteínas, solo se pueden consumir (crudos) los ejemplares que pesen menos de diez kilos. Tiene una consistencia jugosa y amaderada muy similar a la del rábano. En cuanto al sabor, se parece un poco al del colirrábano y es ligeramente terroso, aunque dulce. En otros idiomas se le conoce también como yambohne, lo que puede dar lugar a confusiones con el ñame, que es otro vegetal totalmente diferente del que solo unas pocas especies se pueden comer crudas.
Sandía: la sandía, también conocida como síndria o melón de agua, está compuesta en un 90 % por agua, lo que hace que su dulce pulpa sea perfecta para refrescarnos cuando aumentan las temperaturas. Podemos encontrar ejemplares de hasta 100 kilos de peso, aunque lo habitual es que sean de entre 4 y 25 kilos. A temperaturas de entre 12 y 15 °C, con una humedad relativa en el aire de entre el 85 y el 95 %, se pueden almacenar entre dos y tres semanas.
Pepinos: según Jason Wyrick, si no tiene jícama a mano también puede emplear 350 gramos de pepino pelado y sin semillas (para cuatro raciones). Sin embargo, el sabor no es ni parecido al de la jícama.
Chile: en la receta original, el autor emplea chile guajillo en polvo (de las variedades tradicionales de chile con sabor afrutado). Pero si quiere que sea más picante, puede añadir chile piquín en polvo, que puede llegara alcanzar una pungencia de hasta 100 000 en la escala Scoville.