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La mejor perspectiva para su salud

Reseña del libro "La mentira de la alimentación" de HU Grimm

Los alimentos procesados contienen glutamato y edulcorantes que perjudican al sistema nervioso entérico y al cerebro. Véase Ritalina, Alzheimer, etc.

© CC0

Conclusión

En este libro, el autor nos muestra cómo dañamos nuestro cerebro y nuestros intestinos (sistema nervioso entérico, SNE) con platos preparados o ingredientes procesados como las salsas o las especias artificiales, así como los refrescos con azúcar y los dulces.

Presta atención especial al glutamato, nombre común que recibe el glutamato monosódico, y a los edulcorantes como el aspartamo. También habla sobre el "Ritalina" (hidrocloruro de metilfenilato) y algunos aditivos alimentarios, y explica las consecuencias que tiene su consumo.

No obstante, es importante saber que el glutamato monosódico es la sal sódica del ácido glutámico, uno de los aminoácidos no esenciales más abundantes en la naturaleza y por tanto está presente en casi todos los alimentos ricos en proteínas. Tan solo un porcentaje muy reducido de las personas que lo consumen sufren los efectos secundarios del glutamato libre, es decir, no ligado.

Varios investigadores consideran que las alteraciones de conducta en la mayoría de adultos y jóvenes es consecuencia del consumo del glutamato libre. Básicamente la cocción, el secado o la fermentación provocan grietas en las membranas plasmáticas, lo que hace que se forme glutamato libre.

Las fuentes de las que se nutre Hans Ulrich Grimm son, sobre todo, periódicos y revistas como por ejemplo, Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), Neue Züricher Zeitung (NZZ), The New York Times, Der Spigel, Die Zeit y New Scientist. Sin embargo, solamente selecciona aquellos artículos con una base científica e indica los nombres de los autores de los estudios científicos. De este modo, su análisis es una especie de metaestudio o metaanálisis que ofrece una visión de conjunto sobre el asunto. Siempre que tiene la posiblidad, la industria muestra una visión totalmente distinta. (Ver también medicina y medicina basada en la evidencia).

El libro "Die Ernährungslüge" (La mentira de la alimentación) pone de relieve lo perjudiciales que pueden llegar a ser los alimentos procesados de manera industrial y que, a pesar de ello, la tendencia siga en esta dirección. El libro se lo deja claro a aquellos consumidores que desean saberlo y escucharlo: es necesario volver al consumo habitual de alimentos naturales.

Ver también esta reseña sobre los problemas del consumo de leche— o incluso mejor: la reseña del libro "Milch besser nicht!" (Leche mejor no) de Maria Rollinger.

1. Resumen

Los científicos coinciden cada vez más en que la alimentación puede alterar la composición química del cerebro. No obstante, todavía no se han realizado pruebas de neurotoxicidad de aquellos aditivos que resultan especialmente peligrosos. Para alargar la vida útil del producto y su sabor, la industria introduce gran cantidad de sustancias químicas perjudiciales e ignora los efectos que estas pueden tener en el organismo.

A su vez, esto se traduce en un aumento del número de niños que sufren trastornos del lenguaje, autismo o déficit de atención. En el caso de los adultos, aparecen enfermedades como depresiones, esclerosis múltiple (EM), párkinson o alzhéimer.

La ansiedad, la agresividad, las enfermedades mentales y la forma en que nuestro cerebro experimenta distintos sentimientos están determinados por la composición química de nuestro cerebro. La alimentación y la medicación son el detonante de estos problemas.

Grimm señala que el intestino humano («nuestro segundo cerebro») influye en la salud, el comportamiento y los sentimientos de las personas. El «síndrome del intestino permeable» (desequilibrio en la flora intestinal y pared gastrointestinal dañada) es la causa de enfermedades como el autismo, el alzhéimer, el párkinson o la esclerosis múltiple.

A continuación exponemos algunos datos importantes que le ayudarán a evitar los efectos nocivos de los medicamentos y alimentos de la industria de hoy en día:

  • Una alimentación libre de azúcares y productos lácteos, así como de cualquier tipo de aditivo, mejora los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ello permite reducir el tratamiento con "Ritalina" entre un 70 % y un 90 %, aunque a veces se puede evitar el uso de "Ritalina" por completo.
  • El sabor que puede matar a las neuronas es el glutamato monosódico, pues se trata de un aditivo que actúa como neurotoxina y es un factor frecuente en las enfermedades neurodegenerativas.
  • El aspartamo es un edulcorante que muchos falsos estudios señalan como un aditivo seguro, pero del que se conocen efectos secundarios como dolores de cabeza, mareos, pérdida de la memoria a corto plazo, trastornos endocrinos y disfunciones sexuales.
  • El consumo de refrescos (cola) y otras bebidas azucaradas, así como de barritas de chocolate, provoca niveles extremos de azúcar en sangre que desencadenan somnolencia, letargo y disminución de la capacidad de prestar atención a los detalles. A largo plazo, estos productos son adictivos y pueden provocar la aparición de diabetes.
  • El ácido cítrico facilita la absorción de aluminio y de plomo en el cerebro. La industria alimentaria lo utiliza en cantidades anormalmente grandes, que es lo que lo hace tan perjudicial y peligroso.
  • Otros aditivos nocivos que debe evitar son el monolaurato de sorbitán (Número E: E 493), el monooleato de sorbitano (Número E: E 494), los emulsionantes E 470 y 476, el edulcorante manitol (E 421), el lactitol (E 966), la isomaltosa (E 953), la goma guar o goma de guar (principal ingrediente de la goma guar) (E 412), los números E comprendidos entre el E 466 y el E 496 (carboximetilcelulosa, CMC o goma de celulosa), el carragenano (E 407) y los sulfitos (de E 220 a E 228).

Si desea más información sobre el tema que trata el libro, puede consultar las reseñas de los libros: "Lügen, Lobbies, Lebensmittel" (Mentiras lobbies alimentos) y "Salt Sugar Fat" (Sal, azúcar y grasas) que tratan el tema de la industria alimentaria.

2. Reseña del libro

El tema del libro se centra sobre todo en el cerebro y el sistema nervioso entérico, una subdivisión del sistema nervioso autónomo que se encarga de controlar el aparato digestivo. Tal como sucedió con el cáncer, la comunidad científica atribuyó la cada vez la mayor incidencia de enfermedades como el Alzheimer y la demencia a una esperanza de vida mayor. En este aspecto, el autor aportará conocimientos nuevos.

2.1. Estragos en el cerebro

El profesor Beyreuther aclara que hoy en día la clase política subestima los peligros que supone para el cerebro nuestra forma de alimentarnos. Señala como lamentable la falta de inspecciones sanitarias con respecto a la neurotoxicidad (neurotoxinas) de los aditivos alimentarios. A su juicio, muchas sustancias son tóxicas para el cerebro y cita:

El procesado industrial de los alimentos excluye muchas propiedades nutritivas que son vitales para nuestro cerebro y añade elementos químicos que le deterioran.

El profesor Beyreuther se dio cuenta de que, en comparación con los individuos sanos, la mayoría de los pacientes de Alzheimer tenían otros hábitos a la hora de alimentarse y hacer sus compras. Relata el ejemplo de una mujer que se alimentaba de forma habitual de fruta enlatada y botes de verduras, que durante toda su vida hizo la compra en el supermercado Aldi y nunca en el mercado (p. 15).

Grimm se pregunta: ¿Nos estamos alimentando de forma absurda?, y se refiere al supermercado como un recorrido de riesgo donde se encuentran una serie de productos que, a la luz de las publicaciones recientes en el campo de la neurociencia, se muestran como los causantes de la atrofia cerebral.

© CC0

El presidente de la Asociación de Alzheimer de EE. UU., Edward Truschke, llegó incluso a afirmar lo siguiente: Nos encontramos inmersos en una epidemia a nivel internacional (p. 16).

Alzheimer

El libro comienza con una breve descripción del neurocientífico (biólogo molecular) doctor en ciencias naturales y doctor honoris causa Konrad Beyreuther, quien trabajó en la Universidad de Harvard, que cuenta con una reputación internacional en su campo y gran reconocimiento en la Universidad Ruprecht Karl de Heidelberg, donde trabaja en la actualidad. La introducción es como sigue: Una quinta parte de la energía que necesita nuestro cuerpo es consumida por el cerebro, a pesar de que este solo representa el dos por ciento de nuestro peso corporal.

Inicio de la enfermedad de Alzheimer. Conduce a la muerte de neuronas. Ver la siguiente imagen.© CC-by-sa 3.0, 7mike5000, Wikipedia
Sin embargo, la afirmación de E. Truschke solo se enmarca en un contexto en el que la edad de la población es elevada (julio de 2000 en la publicación lubbockonline.com).
Progresión de la enfermedad de Alzheimer. Muerte neuronal y formación de ovillos neurofibrilares etc© CC-by-sa 3.0, 7mike5000, Wikipedia
En el informe que publicó, pronosticaba que en 2025 más de 22 millones de personas en todo el mundo padecerían Alzheimer.

El doctor Robert Katzman de la Universidad de California en San Diego llegó incluso a especular que en 2050 (pensado solo de forma lineal) se llegaría hasta los 45 millones de enfermos.

En edades comprendidas entre los 65 y los 85, la probabilidad de que aparezca la enfermedad se duplica cada cinco años. Las familias intentan buscar un diagnóstico precoz, aunque todavía no exista una cura.

El médico y doctor Roland C. Petersen, profesor de neurología del centro de investigación de Alzheimer de la Clínica Mayo, señala que «en aquel momento» (año 2000), esta enfermedad afectaba a 4 millones de americanos y a 8 millones de personas fuera de los EE. UU. Es sorprendente que, a pesar de los datos, no se tenga en cuenta la causa más significativa del problema: la dieta moderna.

Como mucho se reconoce la predisposición genética; sin embargo, a este respecto los investigadores tampoco distinguen entre los genes y los hábitos y el estilo de vida que se aprende en la familia.

En lugar de investigar para averiguar cuáles eran las causas, la empresa Memory Pharmaceuticals empleó su tiempo en fabricar una píldora que Roche consideró interesante, de modo que en noviembre de 2008 firmó su adquisición por 50 millones de dólares.

Existen varios estudios que se centran en la salud del cerebro de los niños de hoy en día. Según Klaus Ring, presidente de la fundación para la lectura de Mainz,

Uno de cada cinco alumnos de primaria manifiesta trastornos del lenguaje, el habla y la voz.

Los niños de hoy en día ingieren muchos productos químicos con la comida, algo que hace años no ocurría. La cifra de niños que sufren enfermedades como el autismo o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es demasiado elevada. Los adultos suelen padecer más a menudo afecciones como la depresión, la esclerosis múltiple (EM), el Párkinson o el Alzheimer.

Evidencias científicas que demuestran que la capacidad del cerebro se reduce

Observación: sin duda, el estrés es un factor que provoca riesgos, no obstante, el efecto de nuestra alimentación sobre nuestra salud es muy acusado.

El profesor y doctor Michael A. Crawford, Director del Instituto de la nutrición, el cerebro y el comportamiento —ver el enlace en inglés del IFBB— de la antigua Universidad del Norte de Londres (University of North London), que más tarde se fusionó con la Escuela Imperial de Londres (Imperial College of London) afirma tener evidencias científicas que demuestran que la capacidad del cerebro se reduce.

H. U. Grimm enumera las diferencias que existen entre niños de distintos países. En concreto escribe:

Según un estudio, en India el 56 % de los escolares presentan dificultades de aprendizaje; en Polonia y la República Checa, el número de estudiantes con necesidades educativas especiales se duplica; en Rusia cada vez hay más casos de alteraciones mentales y en los Estados Unidos la cifra aumenta más que en cualquier otro país». El dato más espectacular lo encontramos en algunas regiones de Brasil, donde se ha observado una disminución del tamaño medio del cerebro en los últimos treinta años (p. 21).

Un compañero del doctor Crawford, el profesor Christopher Williams, atribuye a la agricultura industrializada la reducción del coeficiente intelectual promedio. Los fertilizantes de alto rendimiento y las toxinas químicas pueden conseguir que los cultivos exploten de productividad, sin embargo, disminuyen la presencia de nutrientes básicos para el cerebro y el resultado son las transformaciones cerebrales.

La alimentación y las vivencias experimentadas durante los primeros años de la infancia afectan al desarrollo del cerebro

En especial cuando se sufren situaciones de estrés, el cerebro debe estar bien nutrido. La comunidad científica se está dando cuenta lentamente, de que la alimentación modifica la composición química del cerebro a largo plazo.

El doctor Richard Wurtman, una institución en el ámbito de la investigación psiquiátrica del Instituto Tecnológico de Massachusetts —ver enlace en inglés sobre el MIT— llegó a declarar que la composición química de una sola comida Puede afectar de manera significativa» la función del cerebro. Según declaraciones del profesor Bruce S. McEwen, neurocientífico de la Universidad Rockefeller en Nueva York, hasta el S.XXI no se sabía que el cerebro permuta, se puede reparar o incluso es capaz de crecer.

El médico y doctor James Fraser Mustard (1927-2011), un científico canadiense muy condecorado, publicó un informe sobre La evidencia sustancial derivada de estudios con animales y personas, de que la alimentación y las vivencias experimentadas durante los primeros años de la infancia afectan al desarrollo del cerebro (p. 24).

El neurocientífico y profesor británico Basant K. Puri del Hospital Hammersmith —más tarde Escuela Imperial de Londres (Imperial College of London)— publicó varios libros. En ellos denuncia que hay niños que se alimentan en gran medida de comida basura y que es terrible imaginar los estragos que provoca esta dieta en su cerebro. Este tipo de alimentación es perjudicial para el cerebro.

La Organizacion Mundial de la Salud (OMS) está empezando a advertir —a fecha 2002— que la dieta es un factor de riesgo en los casos de agresividad y criminalidad entre niños y adolescentes (p. 27).

Tanto el profesor Crawford como otros estudiosos del tema atribuyen el problema a un consumo insuficiente de ácidos grasos omega 3: por este motivo, la industria alimentaria y otros lobos de los negocios se han subido al "trencomercial" de los ácidos omega 3 para promocionar sus productos o complementos alimenticios. La poderosa industria agroalimentaria no tiene ningún interés en que volvamos a alimentarnos de forma sencilla, sino todo lo contrario.

Este libro nos revela que el ácido cítrico, un aditivo que forma parte de la lista de ingredientes de gran cantidad de alimentos, dulces como los ositos de gominola de Haribo y bebidas refrescantes, favorecen la absorción de aluminio en el cerebro, problema muy relacionado con la enfermedad de Alzheimer. Observación: el aluminio también se puede encontrar en forma de aditivo alimentario con el nombre E173.

2.2. Comportamientos inusuales

El autor narra la historia de un niño que sufre autismo, cuya madre —Karyn Seroussi— ha escrito un libro y afirma: Es evidente que lo que nutre a una persona también juega un papel muy importante, sobre todo cuando el alimento cada vez se aleja más de la naturaleza de donde proviene. Cada vez se incluyen más ingredientes químicos en los alimentos que consumimos a diario, lo que puede ocasionar un desequilibrio químico en nuestro cuerpo (p. 35).

Autism: espectacular aumento

Tabla: Autismo en los EE. UU. De 6-17 años. Aumento de 1996 a 2007.© CC-by-sa 4.0, Fred the Oyster, Wikipedia
Wikipedia: casos de autismo en Estados Unidos en edades de entre 6 y 17 años. Aumento desde 1996 hasta 2007.

Karyn Seroussi ha publicado, entre otros libros, el que lleva por título "Autism. Unraveling the Mystery of Autism and Pervasive Developmental Disorder" (Autismo. Desentrañar el misterio del autismo y el trastorno del desarrollo generalizado).

El siguiente enlace les dirige a su sitio web donde encontrarán un vídeo en inglés en la parte inferior derecha.

Nota: en 1911 Eugen Bleuler describió la enfermedad del autismo por primera vez: se propaga rápido sobre todo en edades tempranas.

Grimm cita a varios neurocientíficos, como el profesor de medicina John J. Ratey (enlace en inglés), que habla sobre las condiciones de nuestro sistema de control central encargado de la percepción y el procesamiento de los estímulos y los sentimientos. Se trata del hipocampo, que se encuentra en el sistema límbico del cerebelo y se encarga de producir endorfinas, es decir, opiáceos o péptidos opioides que produce el propio cuerpo.

El sistema límbico se encarga de gestionar los sentimientos y el rendimiento intelectual. Ratey describe el comportamiento típico de las personas con autismo, que evitan cualquier tipo de contacto físico. El cerebro de las personas con autismo no funciona de forma selectiva, sino por estímulos.

Una investigación a gran escala de la Universidad de California publicada en 2002 reveló un aumento del 270 % de los casos de autismo entre 1987 y 1998. Los datos mostraron un incremento real independiente de la mejora de los diagnósticos.

El Ministerio de Educación de Estados Unidos observó un aumento del 544 % en la tasa de autismo entre 1992 y 2001.

Lamentablemente, otros trastornos de la personalidad tambien están aumentando de forma espantosa. En 2001, la OMS declaró que había 450 millones de personas con enfermedades mentales y problemas de comportamiento. Ver también el Teorema de Thomas (p. 37).

© CC0, Stiftung Gesundheit und Ernährung, Stiftung Gesundheit und Ernährung

En el caso de los niños, padecen miedos y desarrollan agresividad.

Estudios recientes muestran la correlación entre los miedos y la agresividad con la química de los alimentos.

Andrew Stoll, profesor y director del laboratorio de investigación farmacológica del Hospital McLean en Belmont, (Estados Unidos), cree que Los enormes cambios en nuestra dieta han contribuido al incremento en el número de trastornos psiquiátricos en los países occidentales.

El médico y psicoterapeuta Josef Zehentbauer opina que el equilibrio de diversos neurotransmisores determina nuestra personalidad: La química del cerebro formula sentimientos, hace perceptibles las experiencias vitales, permite que experimentemos amor, odio, aversiones, agresividad, deseos, sueños, celos y envidia. Hace posible el movimiento y la acción, nos permite almacenar las experiencias hermosas y desechar las desagradables.

Existen 10'000 tipos de sustancias químicas en el cerebro, es decir, hormonas y neurotransmisores que forman el "lenguaje de la personalidad". Las drogas los alteran de forma masiva —al menos por un tiempo determinado— (p. 39).

Según el profesor y doctor Michael A. Crawford, hace 2,3 millones de años los ancestros del ser humano aumentaron su masa cerebral de entre 400 y 500 g hasta los 1500 g actuales. Este crecimiento se atribuye al consumo de ácidos grasos omega 3, a través de la ingesta de pescado procedente de los grandes lagos de agua dulce, ríos y zonas costeras de África. No obstante, resulta sencillo refutar este argumento. Ver la nota.

No es necesario tomar productos de origen animal para conseguir un aporte de omega 3

Un montón de semillas de lino con una moneda: la pieza de 1 centavo como comparación de tamaño.© CC-by-sa 3.0, soebe, Wikipedia
Imagen: artículo de Wikipedia sobre ácidos grasos omega 3.
Si comparamos el pescado o la carne con algunos vegetales, veremos que estos no ofrecen una proporción especialmente elevada de ácidos grasos omega 3, según publicó en 1968 la revista científica The Lancet.

No es necesario tomar productos de origen animal para conseguir un aporte de omega 3, ya que un gran número de granos —como las semillas de lino con un 56-71 %—, las algas y las plantas contienen más ácidos grasos omega 3 que el pescado o la carne.

Los alimentos procesados industrialmente contienen proporciones elevadas de los llamados ácidos grasos trans, derivados de los ácidos grasos insaturados «buenos», que contribuyen a elevar el colesterol LDL en la sangre y elevan el riesgo de padecer enfermedades coronarias. Este tipo de proceso se denomina hidrogenación de las grasas. Wikipedia todavía no menciona la influencia de nuestros hábitos alimentarios en los patrones de comportamiento relacionados con la agresión, aunque prominentes científicos lo hayan formulado en sus estudios.

La industria alimentaria actual considera que el contenido en omega 3 es negativo, ya que las grasas poliinsaturadas son perecederas. Los ácidos grasos omega 3 también se denominan ácidos grasos poliinsaturados. El profesor y médico Andrew L. Stoll de la Escuela de medicina de Harvard en Boston, no cuenta con evidencia científica, sin embargo, ha observado mejoras enormes en la salud con tan solo realizar unos sencillos cambios en la dieta.

El neurocientífico de la Universidad de Wisconsin Richard J. Davidson (enlace en inglés) detectó en los casos de agresividad impulsiva, un fallo en los circuitos del cerebro con los que regulamos nuestros sentimientos: una alteración del sistema serotoninérgico (p. 43).

La escritora que hemos mencionado al principio de este apartado llamada Karyn Seroussi y Verena Karg, cuyos hijos sufren el síndrome de Asperger, fueron capaces de demostrar la influencia de la leche y los productos lácteos en el comportamiento de sus hijos: la leche provocaba hinchazón y un fuerte mal aliento en los niños, síntomas que desaparecieron —junto con el comportamiento inusual— cuando dejaron de tomar este alimento.

Los productos lácteos y el gluten agravan los síntomas de autismo

A través de un grupo de Internet para el apoyo a los niños autistas, consiguieron ponerse en contacto con el doctor Karl Reichelt de Noruega (cuyo nombre completo es Karl Ludvig Reichelt, pero que se hace llamar Kalle Reichelt), Paul Shattock de Inglaterra y el profesor y médico William Shaw de Estados Unidos. Estos tres científicos demostraron lo que los padres llevaban experimentando durante 20 años: Los productos lácteos agravan los síntomas de autismo.

El gluten es el segundo problema para las personas con autismo. Sería necesario sustituir el trigo, la avena, el centeno y la cebada por otros alimentos, y sobre todo evitar la comida precocinada (p. 45).

Libro de fotos de portada "Tratamientos biológicos para el autismo y PDD" William Shaw.© CC-by-sa 2.0, Dr. William Shaw, amazon

El investigador noruego, Karl Reichelt encontró en 1991, según Wikipedia, Residuos de sustancias opioides en la orina de niños autistas cuyo origen podría estar en el gluten y la caseína.

Redaction comment

La información sobre este tema que se puede encontrar en Wikipedia (2013) procede en su mayoría de representantes de la industria. Me refiero al ensayo clínico ciego, en el que se utilizó como placebo otro neurotransmisor (ver más abajo p. 96) ¡Así que no detectaron ninguna diferencia!

El libro ha sido traducido al español como: Tratamientos biológicos del autismo y PDD.
Susanne Strasser, investigadora en materia de educación, ha escrito un libro muy recomendable, que tiene el título: "Die gluten- und kaseinfreie Ernährung für Menschen mit Autismus, ADS/ADHS oder Allergien" (Alimentación libre de gluten y caseína para personas con autismo, TDAH o alergia).

En los años 1960 el doctor Curtis Dohan encontró un nexo de unión entre la esquizofrenia y el consumo de cereales y leche. Al menos hoy en día, la dieta libre de gluten y caseína está comenzando a recibir cierto reconocimiento en los Estados Unidos.

La historia de la exploración del alma y el espíritu

A partir de la página 46, H. U. Grimm profundiza en la historia de la exploración del alma y el espíritu.

Platón (427-347 a.c.) ubica partes significativas del alma en las entrañas (nos referimos al intestino o, en este contexto, al tracto gastrointestinal o aparato digestivo); las más bajas pasiones como el placer y la codicia o avaricia en el hígado; las altas como la soberbia, el coraje, la ira o el miedo en el corazón; y la razón en el cerebro.

Galeno (130-200 d.c.) ve el espíritu de la vida (ver también alma) sobre todo en los nervios y el cerebro.

En la Edad Media las cámaras del cerebro eran consideradas lugares y Leonardo da Vinci (1452-1519) dibujó el cerebro con una anatomía realista.

René Descartes (1596-1650) afirma que el «spiritus animalis» (véase animalística) es una especie de viento muy sutil, o más bien, una llama muy viva y muy pura.

Isaac Newton (1643-1727) considera que el «spiritus animalis» son vibraciones en los nervios.

El neurobiólogo e historiador médico Robert-Benjamin Illing, del Hospital de la Universidad de Friburgo describe en su libro "Vom Loch im Kopf zum Neuron" (Del agujero en la cabeza a la neurona), que a mediados del S. XVIII todavía reinaba el desconcierto sobre este tema.

Emil du Bois-Reymond (1818-1896) demostró en 1843 por vez primera, que existe un flujo de corriente a lo largo de las vías nerviosas. Véase la nota a continuación sobre Luigi Galvani.

Boceto: trastornos de la actitud en la enfermedad de Parkinson. Neurolépticos también pueden hacer.© Public Domain, Sir William Richard Gowers, 1886

Luigi Galvani (1737-1798) demostró el 6 de noviembre de 1780 que las ranas recién sacrificadas experimentaban contracciones musculares cuando se les rozaba con cobre y hierro en sus extremidades.

Posteriormente Galvani también demostró el efecto eléctrico de los rayos de las tormentas con antena y tierra, porque conocía los experimentos de pararrayos de Benjamin Franklin (1706-1790).

Alessandro Volta (1745-1827) realizó en 1792 los experimentos con las ranas, reconoció las interrelaciones e inventó finalmente en 1800 la batería, que presentó en 1801 a Napoleón Bonaparte (1769-1821).

Grimm ha bautizado a Otto Loewi como «El químico alemán». En 1936 Loewi recibió junto a Henry Dale el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, pero en 1938 Loewi, por su condición de judío, tuvo que abandonar Austria a la edad de 65 años (véase anexión de Austria a la Alemania nazi). Antes de abandonar el país, las autoridades le obligaron a transferir el dinero que le habían concedido del premio Nobel a un banco nazi.

  • En 1906 Dale descubrió la hormona oxitocina en la hipófisis.
  • El farmacólogo Otto Loewi (1873-1961) descubrió que después de la ingesta de medicamentos se segrega una sustancia en particular.
  • El doctor Henry Hallet Dale (1875-1968) aclaró que se trataba de la acetilcolina (ACh).

En el libro "Körpereigene Drogen, die ungenutzten Fähigkeiten unseres Gehirns" (Drogas del propio cuerpo, las capacidades que no utilizamos de nuestro cerebro), el doctor Josef Zehentbauer demuestra cómo Cada pensamiento y cada emoción deriva de una combinación específica de distintos neurotransmisores.

El autor también es conocido por su libro "Die Seele zerstören" (Destruir el alma) con el subtítulo "neurolépticos - el escándalo oculto de la droga", que solo es uno de aproximadamente una docena de libros. Ver también cosquillas.

Los expertos sugieren que el autismo puede ser una forma de intolerancia alimentaria. Los péptidos agitan el cerebro Y provocan además un deseo adictivo de consumir las sustancias nocivas (p. 49). La intolerancia alimentaria se debe a la permeabilidad intestinal.

Grimm considera que los purés de patatas de marcas como Pfanni y Maggi son los causantes del problema. Debemos evitar no solo productos lácteos y productos que contengan gluten, sino también todos los aditivos que ataquen al intestino.

La dieta libre de gluten y caseína: avances notables

El profesor y médico James Robert Cade de la Universidad de Florida afirma que el 81 % de los niños que ha tratado y han cambiado a la dieta libre de gluten y caseína Consiguen avances notables.

El investigador en nutrición finlandés Teuvo Rantala también lo confirma, a pesar de su escepticismo inicial que expresó en la revista New Scientist. Padres como Martina Siesing de la ciudad alemana de Magdeburg, Verena Karg y Sylvia Gottstein, ambas de la ciudad de Leimen, conocen el resultado (p. 51). Véase también la página web en inglés gfcfdiet.com.

La familia Kalveness, de la ciudad de Moss en Noruega confió el tratamiento de su hijo al doctor Reichelt quien, gracias a la dieta libre de gluten y caseína tuvo un efecto positivo después de solo tres meses. La familia Seroussi consiguió que su hijo volviese a tener un comportamiento completamente normal simplemente dejando de comer platos preparados (p. 53).

2.3. El rugido de los dioses: el glutamato

El autor señala que el glutamato, un potenciador del sabor, es especialmente problemático. El glutamato: el sabor que puede destruir las neuronas. El varias veces galardonado profesor Konrad Beyreuther (1941), a quien hemos mencionado anteriormente, está especializado en la genética y afirma: El glutamato es un veneno para las células nerviosas y una sobreestimulación de estas con glutamato se considera hoy en día como un punto crítico para todas las enfermedades neurodegenerativas (p. 28).

Se sabe que el edulcorante químico conocido como aspartamo (E 951) tiene un efecto similar. La droga conocida como LSD (dietilamida de ácido lisérgico) demuestra con qué rapidez se puede influir sobre el cerebro.

Solo ocho o diez moléculas son suficientes para volver loco al cerebro (p. 30).

© CC-by 4.0, Fastily, Ninosan, Dynomat, Wikipedia

El glutamato como aditivo en los productos alimenticios - Beneficios y riesgos

El glutamato en realidad se denomina glutamato monosódico (GMS) o en inglés monosodium glutamate (MSG).

Nota: por lo general son suficientes 20 miligramos.

Andrea Eid publicó en 2009 su tesis: "Glutamat als Zusatzstoff in Lebensmitteln - Nutzen und Risiken" (El glutamato como aditivo en los productos alimenticios - Beneficios y riesgos) en la editorial GRIN. En dicha publicación podrán encontrar mucha información resumida sobre el glutamato, cómo la industria se burla de las declaraciones obligatorias y qué daños (comprobados) causa a ciertas personas.

Por ejemplo, el extracto de levadura contiene glutamato, inosinato (ácido inosínico) y guanilato. Por desgracia los alimentos orgánicos también se ven afectados por los casos de fraude.

Grimm describe cómo afecta a ciertas personas la ingesta de alimentos con glutamato, pudiendo tener efectos tales como las cefaleas en racimo (p. 57). Varias neurotoxinas no se conocían cuando se autorizó el uso de esta sustancia.

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