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5 ¿Solamente alimentos crudos?

Cuando las excepciones son importantes. Intolerancias y alergias en los diferentes tipos de alimentación crudista. La dieta crudista remedia la hipertensión.

Plato de comida cruda con ensalada de verduras, que te invita a disfrutar de una deliciosa comida.© CC-0 1.0, RitaE, Pixabay
En esta serie de artículos es posible acceder a la publicación anterior mediante el enlace que aparece más arriba; por ejemplo, si ha llegado hasta aquí a través del motor de búsqueda. Igualmente puede utilizar el enlace de acceso a la publicación siguiente. Se trata de diez documentos interrelacionados sobre alimentación crudista publicados con anterioridad y revisados en el año 2014. El resto de los textos son nuevos.

Resumen

Ahora ya sabe por qué –o por qué no– le conviene dar el paso hacia la alimentación crudista. Sin embargo, aún le faltan esas razones que, por su relevancia, justifiquen dicho cambio. También le falta la certeza de que se trate de un modo de alimentación realmente adecuado. Para ambas cuestiones encontrará respuesta en los artículos siguientes.

Más adelante completaremos estos artículos con textos adicionales. Así, con los conocimientos que usted adquiera, también será el último responsable de su salud. Y si, plenamente consciente de su responsabilidad, decide pasarse a los alimentos crudos, aún deberá plantearse dos cuestiones.

1. ¿Solamente alimentos crudos?

En uno de mis artículos mencioné que sólo considero crudistas a quienes ingieren al menos un 90% de alimentos crudos. Es cierto que el porcentaje de crudos debería tender hacia el 99%. Pero ¿por qué? Hacer algunas excepciones aquí y allá no puede ser perjudicial, ¿o sí puede serlo?

Postre de alimentos crudos de la clase de mayor disfrute en un plato blanco (AYA OTO PIXIES).© Por cortesía de Erica Graff, Nicky Quinn, Pure food and wine

¿Alimentación cruda? ¡Por supuesto! Naturalmente a base de chocolate crudo. Sólo quiero mostrarles lo que podemos encontrar en un restaurante vegano de primera categoría. Aunque comer a menudo este tipo de platos no debe ser el modelo a seguir por los crudistas. La expresión "pudding-veganos" (es decir, veganos con una dieta muy elaborada, de alto valor calórico y pobre en nutrientes) sería entonces de lo más acertada. Pero como excepción se trata de un cambio excelente.

Existen al menos dos razones para oponerse a las excepciones.

  • Por un lado, la repetición de las excepciones tiende a incrementarlas continuamente, lo que acaba por alterarnos y hacer que abandonemos nuestros propósitos.
  • Por otro lado, las reacciones inmediatas del cuerpo frente a la comida cocinada –probablemente también frente a los lácteos– se perciben tras varios meses de alimentación cruda estricta, al menos si se desarrollan o ya se disfrutaba de unas buenas sensaciones físicas. Las personas de edad avanzada son más sensibles a sus efectos y notarán una digestión poco habitual, sobre todo después de las cenas. Véase asimismo esta reseña bibliográfica en relación con los productos lácteos.
Si considera el crudismo como una “medicina”, es preciso que respete unas pautas absolutamente estrictas

2. Alergias alimentarias e intolerancias

Muchas de las alergias surgen con el consumo de leche de vaca, soja, huevos, pescado o chocolate. Los cítricos, el apio y las nueces también se conocen por su influencia en la generación de alergias. Si no ha probado nunca estos tres alimentos crudos y ya le han provocado alergias, trate de ingerir tan sólo una pequeña cantidad al principio e increméntela lentamente durante los días siguientes. Preste atención a las posibles erupciones cutáneas y a la diarrea.

Los alérgicos toleran antes determinadas verduras si las cuecen durante dos minutos o las congelan durante dos semanas. Dicho sea de paso: los recién nacidos no deben ingerir leche de vaca o de soja al menos durante los primeros seis meses de vida. Según la opinión médica vigente, esto disminuye su propensión a desarrollar alergias en el futuro.

Mapa mundial con el porcentaje de tolerancia a la lactosa.© Public Domain, Rainer Zenz, Verein für Laktoseintoleranz / Die Zeit

Mapa mundial de la distribución porcentual de intolerancia a la lactosa. La intolerancia a los lácteos es mucho menor entre los europeos del norte, que consumen leche de vaca desde hace milenios. La intolerancia se muestra principalmente a través de la flatulencia.

Intolerancia a los lácteos

Dado el creciente número de personas aquejadas por alergias alimentarias, he incluido aquí una serie de comentarios y explicaciones. Personalmente no he conocido ningún caso de alergia producido por el cambio a la alimentación crudista, sin embargo estoy convencido de que ocurren. Al fin y al cabo, la mayoría de los crudistas prueban nuevas frutas o verduras especiales que nunca antes habían consumido crudas. En determinadas personas, incluso los productos naturales muy saludables, pueden generar alergias o provocar intolerancias. Así se producen reacciones frente a las sustancias utilizadas en su producción u otros tratamientos, o bien dichas reacciones son precisamente las causas que motivan las alergias.

En este sentido, me gustaría citar un artículo destacado de la revista Puls-Tipp, nº 4, de fecha 18/04/97, que dice así: Cuando los profanos hablan de alergia se refieren en general a `esto no me sienta bien’. Los especialistas, por el contrario, distinguen entre verdaderas alergias e intolerancias. La causa reside principalmente en la severidad de los síntomas y en el tratamiento diferenciado. `Las alergias sólo pueden desarrollarlas aquellos individuos que poseen una determinada predisposición genética, los denominados atópicos –nos explica el Profesor Brunello Wüthrich, especialista en alergias alimentarias de la Zürcher Allergiestation.

2.1. Alergias

Erupción alérgica en la espalda de un hombre. Sección: parte superior de la espalda.© CC-by 2.5, Frank C. Müller, Baden-Baden, Wikipedia

En nuestra latitud, el número de individuos con dicha predisposición es constante y supone aproximadamente un 30% de la población.

En cambio, lo que sí se ha incrementado es el número de alérgicos reales. Las causas son, según los especialistas, las sustancias contaminantes del medio ambiente, un sistema inmunitario poco potenciado, así como los nuevos hábitos de vida. Cuanto mayor es el contacto de los individuos predispuestos con los posibles alérgenos, mayor es el riesgo de desarrollar una alergia –señala Wüthrich.

Y continúa: En el caso de una verdadera alergia siempre se da una participación del sistema inmunitario. Desde el primer contacto con la sustancia que induce la alergia (alérgeno), el cuerpo de los individuos con predisposición alérgica produce anticuerpos específicos (inmunoglobulina IgE). Cada nuevo contacto con el alérgeno hace que el cuerpo rechace las sustancias ajenas y reaccione con erupciones cutáneas, diarrea o ataques de asma; en el peor de los casos con un shock mortal. La diferencia más significativa en relación con otras intolerancias es que incluso una cantidad muy reducida del alimento en cuestión basta para desencadenar reacciones muy fuertes.

La inmunoglobulina E (IgE) es un anticuerpo (antes denominado gammaglobulina) cuya función principal es protegernos de los parásitos.

2.2. Intolerancia, intolerancia alimentaria

Y prosigue: Una intolerancia alimentaria puede tener diversas causas, pero nunca se da una participación del sistema inmunitario. Por este motivo quedan descartadas las reacciones adversas inmediatas propias de la alergia. Es frecuente que al afectado le falte alguna de las enzimas digestivas que produce el propio cuerpo, lo que le impide absorber correctamente la lactosa, el gluten o la fructosa, por ejemplo. Es cierto que en estos casos debe evitarse el consumo de alimentos con dichas sustancias, aunque también pueden tolerarse ocasionalmente en pequeñas cantidades.

Una reacción muy habitual es la hinchazón del abdomen o del epigastrio después de la ingestión de determinados alimentos. Esta molestia puede durar varias horas y provocar desde heces blandas hasta diarreas. Le aconsejo que anote lo que come y cómo estaban preparados los alimentos. Quizás descubra así que no digiere bien los aceites vegetales o uno de ellos en concreto, p. ej. el aceite de oliva, o que no tolera bien las setas, etc.

Con frecuencia se trata de una alteración en el funcionamiento metabolizador de la enzima DAO (diamino oxidasa, histaminosis), de intolerancia a la histamina (enlace en alemán) o de un síndrome de déficit de enzimas. En algunos casos nos encontraremos ante un déficit de vitamina B6, que al ser hidrosoluble no se almacena en el cuerpo. Más información en el artículo “Necesidades alimenticias esenciales”.

Los alimentos veganos que aportan dosis adecuadas de vitamina B6

La histamina es un mensajero químico, cuya liberación produce una reacción de inflamación intencionada, así como un importante modulador. La industria farmacológica ha desarrollado antihistamínicos para eliminar los efectos de las alergias y amortiguar las enfermedades psíquicas.

A estos fármacos se han añadido posteriormente los neurolépticos, que combaten el síndrome de Tourette, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, el autismo, así como la esquizofrenia, y que bloquean principalmente los receptores del neurotransmisor dopamina en el cerebro.

Que es la histamina

2.3. Pseudoalergias

Traducimos de la Wikipedia alemana la siguiente información: Las pseudoalergias son un subgrupo de intolerancias que producen síntomas similares a los de las alergias alimentarias, pero en las que tampoco se da una participación del sistema inmunitario. En el caso de las pseudoalergias, la gravedad de la reacción depende en general de la cantidad de alimento ingerido. Las causas todavía no han sido investigadas en profundidad.

Según un estudio realizado, los lácteos se encuentran en el origen de un 16,4% de los casos de alergias en Europa, y los investigadores señalan que un 9,1% de las alergias se deben ya a los productos que contienen soja.

Según las estadísticas, entre 3.000 y 5.000 personas en Suiza padecían, en el año 1997, una alergia a la soja. La soja se encuentra presente en unos 30.000 productos y genera cada vez mayores beneficios económicos.

3. Alergia alimentaria oculta

Este concepto nos introduce en un subgrupo diferente de alergias. Como no puedo ni pretendo realizar un análisis de sus causas físicas, no me veo tampoco obligado a distinguir entre intolerancia y alergia, y puedo decantarme así por la utilización de este término nuevo.

Cuando se padecen alergias alimentarias ocultas, pueden obtenerse respuestas claras sobre las trasgresiones alimenticias –especialmente cuando estas resultan “perjudiciales”– mediante la medición regular de la presión arterial y del ritmo cardiaco. Esta medición debe efectuarse en un plazo de unas horas y hasta un máximo de dos días, según les he aconsejado anteriormente.

En el caso de las alergias, intolerancias y pseudoalergias no es preciso disponer de ningún instrumento de medición. Las reacciones del cuerpo son la mejor medida. En cambio, todo aquello que no percibimos o que no reconocemos es lo que denomino “alergia alimentaria oculta”. Según la cita a la que he hecho referencia más arriba, se trata de un ámbito no investigado aún por la medicina.

Los aditivos alimentarios pueden causar alergias© CC-by-sa 2.0, Catalina Sparleanu, PhD, Foundation Diet and Health Switzerland

El caso de mi esposa (nacida en 1959)

Conclusión: Merece la pena probar una alimentación crudivegana, al menos en el caso de padecer hipertensión, por ejemplo, con un cumplimiento estricto durante 14 días y luego proceder a una nueva medición. Igualmente puedo recomendarla para la endometriosis, aunque el retroceso de la afección no es visible hasta pasados 18 meses. En cualquier caso, no esperábamos los mismos resultados. Por otro lado, la menopausia puso fin a la endometriosis, si bien es cierto que esta no llegó hasta muchos años más tarde. A pesar de que difícilmente se logra remediar todo tipo de hipertensión mediante un cambio de dieta, el intento siempre merecerá la pena.

Sólo más tarde descubrimos que la causa de la hipertensión de mi esposa era el consumo de leche y productos lácteos. En cuanto come una porción de queso, alimento que tanto aprecia, su presión arterial se dispara.

Según mis observaciones, la fuerte halitosis también puede ser consecuencia del consumo de leche o pan. En estos casos resulta muy aconsejable prescindir de dichos alimentos. No cuesta nada y por eso generalmente tampoco se sabe.

Probablemente haya médicos naturópatas versados en estas cuestiones y que también las pongan en práctica. Me gustaría mucho poder informar sobre experiencias adicionales en este sentido. Por favor, utilice la opción que encontrará más abajo para enviarnos sus comentarios.

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