Las pipas de girasol contienen más de un 90 % de ácidos grasos insaturados, vitamina E, vitamina B, vitamina A, vitamina F, caroteno, calcio, yodo y magnesio.
El orégano tiene un papel fundamental en las cocinas italiana, griega y española, aunque en los países del centro de Europa, como Alemania, sea menos conocido.
Las semillas de sésamo contienen un 50 % de materia grasa, 44 % de ácidos grasos poliinsaturados, 18 % de proteínas, y son muy ricas en selenio: 800 μg/100 g.
El aceite de linaza se obtiene de las semillas de lino y es una buena fuente de omega-3. Es muy sensible a la oxidación y no se conserva durante mucho tiempo.
El tahini es una pasta que se obtiene de semillas de sésamo machacadas y tiene un sabor a nuez. Se utiliza en numerosos platos árabes, como sopas o hummus.
El miso (Pasta de soja) tiene un sabor a judías fermentadas, entre picante y dulce. El miso se puede utilizar crudo y cocinado para elaborar sopas o marinados.
La hierba limón, también conocida como citronela, tiene un ligero sabor a limón y su aroma recuerda a la rosa. En Asia, se usa para cocinar y preparar tés.
La mousse de almendra tradicional se obtiene de almendras prensadas. Además de aceite de almendra, contiene fibra y proteínas, que proceden de las almendras.
El cebollino se utiliza, sobre todo, como condimento de cocina, tanto en platos crudos como cocinados. Tiene trazas de azufre y es rico en calcio y hierro.