El tomate cherry, de origen mexicano, es más pequeño y necesita una temperatura de conservación más fría que el tomate común. Es ovalado y muy aromático.
Los tomates desecados contienen un 15 % de agua en lugar del 94,5 %, es decir, tan solo 1/6. Esto hace que aumente el glutamato monosódico natural hasta el 5 %.
Los copos de chile pueden contener las semillas del chile. Al igual que el chile en polvo, los copos de chile aumentan la pungencia de platos y salsas.
La remolacha es conocida por su color rojo. En cocina se puede utilizar cruda, cocida o al vapor. Reduce la presión arterial debido a su contenido en nitratos.
Las hojas de laurel se utilizan como condimento en la gastronomía europea (particularmente en la cocina mediterránea), así como en Norteamérica y Centroamérica.
Las espinacas son ricas en vitaminas y minerales. Pese a su contenido en ácido oxálico, las espinacas crudas con moderación no son perjudiciales para la salud.
La patata es un alimento básico, rico en almidón, de gran importancia. Debido a la solanina de su piel, solo se puede comer cruda en pequeñas cantidades.
Las semillas de chía (crudas, ecológicas?) tienen prácticamente la misma composición que la linaza: son ricas en ácidos grasos omega-3 (ALA) y en antioxidantes.
La albahaca fresca (eco) es una popular hierba aromática típica de la cocina mediterránea. Las hojas crudas son más aromáticas que cocidas o deshidratadas.
El plátano y la banana contienen una proporción equilibrada de carbohidratos pero no contienen las grasas que benefician al sistema nervioso y el cerebro.