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La mejor perspectiva para su salud

Golpes del destino, enfermedad terminal, la salud y la vida

Como individuo crítico habría cuestionado la veracidad de esta historia, pero se trataba de mi historia. Nuestra única vida es el aquí y el ahora.

Si un desconocido me hubiera contado esta historia, como persona escéptica que soy, habría esbozado una sonrisa de incredulidad. Sin embargo, la realidad es muy distinta, ya que esta es mi propia historia. En 1978 recibí un diagnóstico médico que era lo más parecido a una sentencia de muerte. Las perspectivas de futuro no eran esperanzadoras, ya que, tan solo me pronosticaron dos años y medio de vida.

La foto muestra a Ernst Erb en la playa de Las Teresitas cerca de Santa Cruz, Tenerife 1985.© CC-by-sa 2.0, verm. Margot Heigl, Foundation Diet Health Switzerland
Imagen de 1985

Para mí solo hay una vida: la que está aquí y ahora. Desde un punto de vista racional, no creo ciegamente en las afirmaciones... sino que: o bien las conozco, o las desconozco. Para un realista escéptico (racionalismo crítico) que no oculta los obstáculos ni tiene grandes esperanzas, una realidad de esta magnitud puede suponer una gran carga psicológica.

La presión temporal fue lo único que me aportó la fuerza necesaria para reconsiderar todos los contextos y puntos de partida, y a continuación perseguir mi objetivo con energía y constancia renovadas.

¿Pero cómo conseguí, de hecho, extender esa pequeña fracción y más importante etapa de mi vida? Creo que mi testimonio puede ayudar a otras personas que se encuentren en una situación similar a hacer frente al problema de forma activa y con la fuerza más poderosa que existe.

En un principio encontré información en libros científicos y fuentes especializadas que hablaban sobre la enfermedad y su tratamiento. En aquella época, Internet ni siquiera podía concebirse como idea y los ordenadores de mesa no comenzaron a comercializarse cuatro años después.

Había dos tipos de información: por un lado estaban las publicaciones científicas y los textos basados en trabajos respaldados por investigaciones importantes, y por otro la demagogia y la charlatanería. Los expertos llevaban a cabo estudios, mientras que los embusteros lo intentaban con historias clínicas de dudosa autenticidad. Se podía creer en ello o no, pero el hecho es que faltaban datos; yo no podía creermelo...

Sin embargo, ¿acaso merezco la credibilidad de otros si no aporto hechos concretos? Por supuesto que no.
Hoy se pueden encontrar estudios que muestran que mi camino fue correcto (doi: 10.3109/10428191003690364). Aquí, con el enlace PMID 20350273 o como entrada directa para Google, obtiene un texto más completo de NCBI (USA: National Center for Biotechnology Information).

Mi deseo es demostrar por qué reciben su nombre las llamadas enfermedades de la civilización e indicar cómo es posible sortear las enfermedades y al mismo tiempo mejorar el estado de salud en el camino de la vida.

No vendo nada. No prometo nada. ¿Qué opinión merece para usted el móvil que me llevó a escribir este artículo? ¿Cree que es objetivo y tiene fundamento?

Ganglios linfáticos de la cabeza y el cuello y estudios de finales de los años 1970

Nódulos linfáticos en cuello según Henry Gray, 1918: De "Anatomy of the Human Body".© Public Domain, Henry Gray (1918), Wikipedia
Ganglios linfáticos de la cabeza y el cuello
Estudio a fines de la década de 1970 sobre el linfoma de células de manto de expectativa de vida.© CC-by-sa 2.0, Kieler Lymphomgruppe
Estudios de finales de los años 1970.

Tuve que asegurarme y comprender lo que me podían ofrecer los médicos, ya que se trataba de mi vida.

Pronto tuve claro que no podía hacer recaer toda la responsabilidad sobre ellos, sino que debía asumirla yo mismo, junto con todas las consecuencias que podían acompañar a esta decisión.

Adquirí y mostré interés por la lectura de publicaciones especializadas, algo que me ayudó a ser consciente del estado en el que me encontraba. Está claro que un médico debe tener conocimientos básicos sobre varios cientos de enfermedades, sin embargo, no tiene tiempo para ahondar en las causas y tratamiento de las enfermedades raras. Mi médico de familia no conocía la posible salida, o no quería explicarme cuál era.

2013 Confirmation Pathological Institute Lucerna, las secciones histológicas muestran NHL. 1.2© CC-by-sa 2.0, Phatalogisches Institut Luzern, 2013
En 2013 quise comprobarlo de nuevo.

Cuando se trata de cáncer, siempre suele haber nuevas investigaciones que determinan la extensión y gravedad de la enfermedad.

Esto se denomina estadificación o estadiaje y permite al paciente ponerse en contacto con profesores y oncólogos especializados en el estudio y tratamiento del cáncer.

Existen unos doscientos tipos diferentes de cáncer, etapas muy distintas y niveles de agresividad.

La complejidad es enorme: incluso la edad y condición del paciente son de vital importancia.

2013 Confirmation Pathological Institute Lucerne, secciones histológicas muestran NHL.2/2.© CC-by-sa 2.0, Pathologisches Institut Luzern, 2013
Sí, todavía reconocible en 2013.

En casi todos los casos, los especialistas reciben instrucciones desde los centros encargados de investigar este tipo de enfermedades.

Además de basarse en los estudios de casos, estos centros intentan desarrollar métodos de tratamiento (terapias) mejores.

Los pacientes de cáncer —a menudo y de manera inconsciente— se convierten en pacientes para la expeimentación médica.

A pesar de que lo hacen lo mejor que pueden, el estudio solo lo conocen los miembros del equipo de investigación.

Los médicos son personas como usted y como yo, con distintas formas de ser, competencias cualidades.

1. ¿Cómo sucedió?

En febrero de 1978, la que era mi esposa y yo fuimos a esquiar durante nuestras vacaciones de invierno junto con otras dos parejas de amigos que eran médicos. Todos nos alojamos en la misma casa. Uno de nuestros amigos era profesor de medicina. Detecté que tenía una inflamación en la mandíbula inferior, aunque no deduje cuál había sido la causa de la hinchazón. No quería molestar a mis amigos, ya que estábamos de vacaciones, de modo que esperé y acudí más tarde a la consulta de uno de ellos, que era mi médico de familia.

Insistió en recetarme un antibiótico porque estaba convencido de que la causa de la inflamación era una infección bacteriana. Entiendo su decisión, ya que estos síntomas rara vez se deben a algo diferente. Nunca antes había pensado en el cáncer cuando tenía algún tipo de dolencia, ya que siempre había sido una persona sana en términos generales. Curiosamente, algo me decía que aquel tumor era diferente... Antes de la siguiente cita acordada tres semanas más tarde, es decir, después de una semana sin tomar antibióticos y con falta de sueño, insistí en someterme a una punción aspiración con aguja fina (enlace en inglés) y a una evaluación histopatológica (patología, histología). Me realizaron las pruebas gracias a mi incesante insistencia.

El departamento de otorrinolaringología del hospital consideró que la punción sería un error, pero yo no opinaba lo mismo. El resultado fue sorprendente; mostró un linfoma maligno. Mi amigo y médico de familia Hansruedi, en un intento de calmarme, afirmó que en este tipo de punciones los tejidos pueden sufrir y que todavía no había motivos para dar la voz de alarma. Aquel gesto no fue del todo profesional.

Gracias a mi perseverancia e insistencia conseguí cita 14 días después para que me extirpasen los ganglios linfáticos (nódulos linfáticos).

Estudio histológico, linfoma de células de manto, también llamado linfoma no Hodgkin de células B

Necesitaba un resultado claro, y por ello quería que realizaran un estudio histológico en varios institutos patológicos. Hubo pequeñas diferencias en la designación de la enfermedad, ya que uno de los institutos lo denominó según la terminología de la OMS en 1976, otro según la norma Kieler y el tercero según la clasificación de Rappaport (EE. UU.). Hoy en día se ha acordado denominarlo linfoma de células de manto a nivel mundial, también llamado linfoma no Hodgkin de células B.

Universidad de Zurich: linfoma centrocítico, nomenclatura de Kiel. hoy se llama Mantle Cell Lymphoma© CC-by-sa 2.0, Pathologie Uni Zürich

Hoy sabemos que en el linfoma de células de manto las células B 0 linfocitos B, un tipo de leucocitos (glóbulos blancos de la sangre), sufren una translocación recíproca entre los cromosomas 11 y 14, mediante la cual se exprime con fuerza la ciclina D1.

Forma parte de nuestro sistema inmunológico, junto con los linfocitos T (linfocitos T CD4+) y los produce la médula ósea en lugar de los ganglios linfáticos. Pero si esta transformación maligna aparece, los ganglios linfáticos la recogen y finalmente pueden inflamarse cuando resultan demasiados.

Extirpar los ganglios linfáticos, en principio no solucionaría el problema. Véase también el estudio en alemán: Inzidenz sekundärer chromosonaler Aberrationen beim Mantelzell Lymphom (MCL) mit Translokation t(11; 14) (q13; q32). [La incidencia de las aberraciones secundarias de los cromosomas en el linfoma de células de manto con translocación]. En el siguiente enlace encontrarán el texto completo en PDF en alemán.

Hoy sabemos que En todos los casos analizados de linfomas de células de manto (n=103) se detectó una translocación t(11;14)(q13; q32) mediante un análisis FISH (hibridación fluorescente in situ). Cita del PDF que hemos mencionado en el cuadro superior, disertación de Marie-Sandrine Sander 2005, (Facultad de Medicina) Universidad de Ulm. En el 92 % de los pacientes, además, tiene lugar una anomalía cromosómica secundaria (alteración o mutación cromosómica posterior).

Investigaciones posteriores revelaron el estadio IIIA, incluso sin síntomas como los sudores nocturnos. En aquella época todavía no se podían hacer pruebas genéticas.

Hoy sabemos que la mutación genética del gen supresor tumoral p53 en cromosoma 17p13 sucede a menudo, lo que puede suponer un problema que a su vez derive en la pérdida del efecto inhibidor sobre el complejo ciclina D1/CDK4 (quinasa dependiente de ciclina 4) mediante el gen p21. Esta mutación puede ser precursora del cáncer.

Por aquel entonces el tiempo medio de supervivencia a partir del diagnóstico del linfoma de células de manto era de dos años y medio. En 2015, y sobre todo gracias a los pocos trasplantes de médula ósea que consiguen realizarse con éxito, el tiempo medio de supervivencia oscila entre los tres y cuatro años.

Entre el año 2013 y el 2014 un amigo se sometió a este método, aunque por desgracia el intento no tuvo un final feliz. Consiguieron que tuviera grandes esperanzas, aunque desde el punto de vista estadístico, la probabilidad de curación en su caso también era mínima. Además, él era un hombre de edad avanzada, por lo que el riesgo era mayor.

Su gran esperanza en el transplante de médula ósea impidió que cambiase su alimentación de forma radical, lo que podía haber actuado como tratamiento coadyuvante (terapia suplementaria o de apoyo). Además, los médicos que le trataron afirmaron que la enfermedad no tenía relación alguna con la alimentación. Estuvo varios meses sin ningún tipo de síntoma, sin embargo, poco después comenzaron a multiplicarse de nuevo las células malignas. Emprendieron un segundo intento, en el que mi amigo falleció tras el primer ciclo.

Mi médico decidió extirparme el bazo (esplenectomía)

Pero volvamos a mi caso: mi médico decidió extirparme el bazo (esplenectomía), pero cancelé la cita, ya que yo —a diferencia de mi médico— ya era consciente de cuál era mi pronóstico.

Hoy en día practicar una esplenectomía en un enfermo con linfoma de células de manto estaría considerado un error o negligencia médica, ya que la operación podría empeorar el pronóstico.

Wikipedia: A pesar de que el bazo no es un órgano vital, su eliminación podría tener consecuencias de peso a largo plazo. Sin embargo en aquella época, el bazo no estaba considerado como un órgano vital, por lo que determinaron que no lo necesitaba.

Además, el doctor quería administrarme quimioterapia a toda costa. Cuando me negué, me dijo: Señor Erb (dejó de tutearme), ahora usted tendrá que hacer lo que le estoy pidiendo. A lo que yo le respondí: Hansruedi, solo me queda una misión que cumplir en este mundo, que quizá suceda en tu presencia: morir. Eso es lo único que tengo que hacer. Olvidé añadir que cada persona asume la responsabilidad de su "propio acto". Si hubiera tenido una enfermedad de Hodgkin común u otro linfoma no Hodgkin con un pronóstico mejor, me habría sometido al tratamiento sugerido. Debo poner énfasis en este dato y advertir en caso de que alguna persona desee imitar mis decisiones.

Después de escuchar la claridad de mi respuesta, mi amigo y médico de familia deseó que buscase a otro profesional de la medicina para continuar. Gracias a la que era mi esposa pudo enterarse de mi cambio radical a una alimentación crudivegana, sin embargo, nunca más me dirigió la palabra —incluso tras el paso de los años y a pesar de saber que me había curado—. Falleció no hace mucho.

Está claro que todas aquellas medidas que me propusieron me habrían hecho perder mucho tiempo... mi bazo y finalmente mi vida. En realidad ningún médico afirmó que mi enfermedad era incurable. Sin embargo, tal como mostraban mis investigaciones, la muerte me estaba pisando los talones.

Esta era mi situación con tan solo 41 años, 5 hijos y una familia disfuncional. Además, mis empresas y la construcción de un nuevo edificio de oficinas para ellas me necesitaban vivo y sano.

Resultados histológicos de los ganglios linfáticos extirpados

Dos de los tres resultados histológicos de los ganglios linfáticos extirpados. Los tres estaban claros.

Abril de 1978: Patología Uni Berna: tejido neoplásico maligno: linfoma linfocítico, nodular.© CC-by-sa 2.0, Pathologie Uni Bern, 1978

Abril de 1978: patología Lucerna, histología: linfoma nodular maligno,.ligera pyroninophilia.© CC-by-sa 2.0, Pathologie Luzern, 1978

Al principio me centré en la lectura de publicaciones específicas sobre casos similares al mío, hasta que pronto me pregunté: ¿Por qué tantas personas sufren enfermedades de la civilización incluso en edades tempranas? ¿Qué estamos haciendo mal?.

Abril 1978 Sonografía: masa sólida a nivel del páncreas e inserción de la vena renal.© CC-by-sa 2.0, Kantonsspital Luzern
Abril 1978 Sonografía y Lympho-Cavo-Urography - Hoja dos.© CC-by-sa 2.0, Kantonsspital Luzern
Mi carta a hematología Uni Essen sobre la conclusión del estudio prospectivo CL 1/2.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb
Mi carta a la hematología Uni Essen sobre la conclusión del estudio prospectivo CL 2/2.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

Puede ampliar todas las imágenes haciendo clic sobre ellas y a continuación visualizarlas como presentación.

Un animal salvaje pronto se convertiría en víctima de sus depredadores si se permitiese padecer enfermedades. Es cierto que también existen casos de cáncer en la naturaleza, cuyas causas se conocen: un hábitat o ambiente equivocado y estrés.

Pronto lo tuve claro: somos la única especie que cocina los alimentos. Más tarde me enteré de la existencia de la reacción de Maillard, cuyo producto son moléculas cancerígenas que aparecen tras el calentamiento de la comida.

Tampoco era consciente de la gran cantidad de hormonas de crecimiento que están presentes en la leche y los productos lácteos y de que el 70 % de su estructura es equivalente en los seres humanos. Les recomiendo esta reseña del libro "Milch besser nicht!" (¡Leche mejor no!).

Multizentrische Therapiestudie "Festlegung der optimalen Behandlungsstrategie für das fortgeschrittene centrocytische Lymphom"

Prof. G.Brittinger, Universidad de Essen, Estudio terapéutico multicéntrico, Protocolo estudio 1/5.© CC-by-sa 2.0, Prof. G. Brittinger, University Essen

Prof. G. Brittinger, Universidad de Essen, Estudio terapéutico multicéntrico, Protocolo estudio 2/5.© CC-by-sa 2.0, Prof. G. Brittinger, University Essen

Prof. G. Brittinger, Universidad de Essen, Estudio terapéutico multicéntrico, Protocolo estudio 3/5.© CC-by-sa 2.0, Prof. G. Brittinger, University Essen

Prof. G. Brittinger, Universidad de Essen, Estudio terapéutico multicéntrico, Protocolo estudio 4/5.© CC-by-sa 2.0, Prof. G. Brittinger, University Essen

Prof. G. Brittinger, Universidad de Essen, Estudio terapéutico multicéntrico, Protocolo estudio 5/5.© CC-by-sa 2.0, Prof. G. Brittinger, University Essen

El hombre puede sobrevivir a base de proteínas vegetales únicamente y no necesita las de origen animal. También recomiendo la lectura del libro China Study, (Estudio de China), o nuestra reseña.

"Si tengo que morir", pensé, "al menos quiero intentar alimentarme por mi cuenta y seguir una alimentación crudivegana". Opté por una alimentación vegana porque pensé que las proteínas de origen animal propician el desarrollo del cáncer.

¿Acaso se puede ganar la batalla contra el cáncer de este modo? Es posible que lo consideren ingenuo y lo entiendo. Como ayuda para mi puesta en marcha ingresé durante algunas semanas en la Clínica Bircher-Benner en Zurich para pasar un tiempo en retiro.

Una dieta extrictamente crudívora

Para mi sorpresa, hacía tiempo que no seguían una dieta extrictamente crudívora, sino una alimentación especial para enfermos de cáncer: dieta vegetariana cocinada, pero no vegana. Lo rechacé de inmediato y pregunté si podía hablar con el cocinero. Tuve suerte, porque me contestaron lo siguiente: Sí, por supuesto.

Tal como escribo en la reseña del libro "China Study", (Estudio de China) de T. Colin Campbell en un recuadro casi al final del artículo, fue una grata sorpresa para mí que el cocinero aceptase de buen grado mi deseo de alimentarme a base de alimentos crudos, a pesar de que esto suponía más trabajo para él:

Él me invitó a su casa y me presentó a su familia y a su hijo de unos 3 años. Descubrí que cinco años atrás, la pareja había tomado un cambio radical y consecuente en sus vidas para iniciar una dieta crudivegana, debido a que la esposa sufría un melanoma maligno que había generado numerosas metástasis en su organismo. Durante mi visita calculé que no tendría más de 25 años. En este estadio de la enfermedad, los pacientes suelen fallecer en pocos meses. Sin embargo, ella consiguió sanarse gracias al cambio radical a una dieta en la que se alimentaba en exclusiva de alimentos vegetales y crudos.

Más tarde, me encontré con un austriaco de 35 años que también consiguió curarse. Al menos en los análisis de sangre no encontraron restos de células malignas. Sin embargo, apenas recuperado, volvió a retomar sus antiguos hábitos alimenticios y falleció un año más tarde de acuerdo con mis expectativas. Volvió a padecer el mismo tipo de cáncer.

La esposa del cocinero siguió estando sana durante toda su vida, tal como pude comprobar años después.

Sabía de algunos casos más, en los que el destino fue favorable para el paciente. Es lamentable que la medicina convencional no preste atención a ninguno de estos casos de recuperación tan extraordinarios.

Incluso hoy en día no se buscan los motivos y se denomina sencillamente remisión espontánea. Existen miles de curaciones espontáneas sin explicación alguna.

En mi opinión, al menos se debería realizar un seguimiento longitudinal (retrospectivo) detallado además del que ofrecen los tratamientos convencionales, con el fin de diferenciar las posibles causas y obtener muestras. Para la medicina convencional, la falta de estadísticas seguirá siendo un hecho con el que escudarse. Es así de simple.

En aquella época, la medicina convencional consideraba que la alimentación crudivegana era difícil de seguir, a pesar de que los muchos seguidores acérrimos del jainismo lo practican desde hace unos 2'500 años... Por eso dejé de ahondar en este tema y centré mi lectura en otros tres libros que trataban una temática diferente. No quería seguir perdiendo el tiempo y parecer ridículo...

En ocasiones me sentía como el lobo estepario

Junio de 1978: Mi carta al Prof. Georg Martz sobre el resultado estadístico, etc. 1/3.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

Junio de 1978: Mi carta al Prof. Georg Martz sobre el resultado de la etapa, etc. 2/3.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

Junio de 1978: Mi carta al Prof. Georg Martz sobre la organización de los resultados, etc. 3/3.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

A diferencia de los médicos, yo sí que podía centrarme en UNA ÚNICA enfermedad.

Pasaron por mis manos y leí más de doscientos libros. Después decidí dejar el tema, ya que el "tótum revolútum" —o cáos— en relación con la alimentación y la salud era enorme.

Como pueden leer en el artículo sobre el Muesli Erb, seguí mi dieta particular, estrictamente crudivegana durante siete años. En dicho artículo podrán leer más detalles sobre los motivos de mi cambio de dieta.

Este cambio radical me ha liberado de otros dos problemas de salud

Este cambio radical me ha liberado de otros dos problemas de salud: a finales de la adolescencia, comencé a padecer una sinusitis (inflamación de la cavidad nasal) crónica. Esto afectó sobre todo a los dos senos maxilares. Por la noche, a menudo necesitaba un aerosol nasal con corticoides para despejar las vías nasales. El spray no dejaba de acompañarme ni siquiera durante las vacaciones.

Repetidas veces tuve que acudir al otorrinolaringólogo para que me quitase el pus mediante un punzón que —a través de mi nariz— llegaba hasta el seno maxilar y lo limpiaba, puesto que no conocía el método de irrigación nasal, que se describe en el enlace. El punzamiento emitía un crujido extremadamente incómodo, pero no llegaba a ser dolor y me aliviaba durante una temporada. Las inhalaciones de vapor y los tratamientos con radiación infrarroja tampoco sirvieron de ayuda. Es posible que se tratase de un empiema.

Sin embargo, cerca de un año más tarde pude olvidarme de todo aquello y eliminar de mi vida el aerosol que tantos años había llevado conmigo.

Las hemorroides que empecé a sufrir de repente con 21 años, que sangraban y necesitaban curas constantes, también desaparecieron por completo, así que también pude alejar de mi vida —como hice con el aerosol— los supositorios que me había recetado el médico.

He de recalcar que cuando volví a comer alimentos cocinados persuadido por la que se convirtió en mi mujer, Margot, de nacionalidad alemana, volví a sufrir problemas de salud. Empecé a tener dificultades digestivas y a sentirme demasiado cansado. Un año más tarde acudí a una revisión médica en Suiza. Por suerte no encontraron nada excepto una intolerancia a la lactosa. En las imágenes siguientes pueden ver cuáles son las causas de la intolerancia a la lactosa. Pueden hacer clic sobre ellas para ampliarlas y leeras con más facilidad.

Un dato curioso es que en nuestra familia, cuando éramos niños y adolescentes, nos obligaban a tomar cerca de un litro de leche al día. Mi organismo comenzó a ser intolerante a la lactosa porque estuve siete años sin consumir ningún tipo de producto lácteo. La naturaleza puede inhabilitar la capacidad para tolerar la lactosa, incluso en personas que la toleran, si no consumen leche o productos lácteos durante años.

Una cosa más sobre mi familia

Una cosa más sobre mi familia: yo era el mayor de siete hermanos. El más joven de los siete, mi hermano Werner, murió a los 26 años. Lo único que sé es que tenía problemas de salud, ya que yo era diez años mayor que él y a penas teníamos contacto. Otros tres de mis hermanos también han muerto de cáncer a edades tempranas.

Mi hermana más joven, Margrith (21 de febrero de 1945 - 15 de abril de 1994) murió de un cáncer de pulmón antes de cumplir los 50, igual que le sucedió a nuestro tío Armin Fritz, que falleció a los 54 años. Ninguno de los dos era fumador. Mi hermano Kurt también falleció de un tumor cerebral a una edad que se puede considerar joven. Sin embargo, mi madre tuvo suerte: pudieron extirparle quirúrgicamente otro tipo de tumor cerebral sólido. Mi hermana Annelies (Teddy) murió de cáncer de mama.

En Australia, país donde teníamos pensado trasladarnos en 1990, diagnosticaron un cáncer de mama a Margot. El cáncer fue tratado de inmediato con cirugía y quimioterapia. En su caso, el tiempo medio de supervivencia era de cinco años. Decidimos casamos para que nuestros dos hijos tuvieran la nacionalidad suiza.

Niños de la naturaleza que todavía juegan con la tierra. Noemi Maite a la izquierda, Frank Ramón.© Ernst Erb para diet-health
Niños felices al aire libre.
Incluso un salto en la arena está permitido. Lamentablemente, es solo una instantánea sin contraste.© Ernst Erb para diet-health

Cultivar plátanos y poder comercializarlos con éxito

1984: Todavía comí solo comida vegana cruda, y también trabajé físicamente.© Ernst Erb para diet-health

La antigua finca de 3 500 m2 para el cultivo de viñas, donde se encontraba una casa de más de 200 años de antigüedad requería mucho trabajo de irrigación y renovación del edificio. Compré la propiedad a una pareja de alemanes llamados Fritz y Gerda Langner, que ya practicaban el cultivo ecológico.

La finca se convirtió, sobre todo, en un jardín experimental, ya que no era óptimo para cultivar plátanos y poder comercializarlos con éxito, ya que se encontraba a una altitud de alrededor de 300 m sobre el nivel del mar.

Los plátanos se daban y crecían, aunque la producción no era suficiente. Allí tuve la oportunidad de experimentar con el cultivo de 50 variedades distintas de frutas. Había mucho que aprender.

Trabajar mis propias colmenas fue un reto y una experiencia de lo más interesante. Nunca las alimenté con azúcar, ya que, con el clima de Tenerife, no era necesario.

Décadas más tarde, tuve la fortuna de poder asistir al 100 cumpleaños del señor Langner en febrero de 2009 en Küssnacht am Rigi (Suiza).

2. ¿Qué consecuencias pueden tener los dramas familiares?

En 1990, cuando vivíamos en Rigi-Kaltbad (Suiza) a 1 500 m sobre el nivel del mar, Margot decidió comenzar una dieta crudívora. Lo hizo en gran medida, aunque a diario seguía necesitando su café, bebida que está llena de moléculas de Maillard.

En 1997, ella abandonó nuestro hogar por un hombre que había conocido y que era doce años menor que ella. Más tarde descubrió que aquel hombre vivía con otra mujer de su misma edad. Cuando se vió expuesto a la tesitura de tener que elegir, no se decantó por Margot. No sé si todavía seguía una dieta crudívora cuando ella se mudó con su madre a Baviera, sin embargo, después de este desastre emocional, tuvo metástasis y se fue en 1999, gracias a la organización EXIT, que apoya a aquellas personas que desean morir con dignidad.

En 1998 me mudé con nuestros dos hijos comunes a Lucerna. Allí formamos una familia reconstituida con mis hijos, Kathrin y sus hijos. Sus hijos habían perdido a su padre, algo que causó un trauma en los niños e hizo que fuese una época muy complicada para nuestros hijos y para mi relación con Kathrin.

Colonoscopia desde 1988 por problemas digestivos, afortunadamente nada grave, pseudomelanosis.© CC-by-sa 2.0, B. Reichlin, MD
1989: mi médico acompañante primero descubrió que el bazo sería más grande 1/2.© CC-by-sa 2.0, H-J. Schmid, MD
1989: mi médico acompañante descubrió el bazo al principio 2/2.© CC-by-sa 2.0, H-J. Schmid, MD

Entre el año 1997 y 1998 comencé a sufrir fuertes dolores de espalda, incluso por la noche. No era capaz de sujetar un libro pesado con la mano extendida.

El urólogo me indicó que era recomendable extirpar la próstata (prostatectomía). Además encontraron un tumor papilar en mi vejiga (cáncer de vejiga).

Algunos años más tarde tuve que acudir a la consulta del urólogo y las pruebas concluyeron que tenía un problema grave de próstata. Un PSA de 18,4 (antígeno prostático específico) y un PSA libre de 0,79, es decir, el cociente PSA libre/PSA era de ¡0,04!

1985: Aclaración después de 7 años de comida vegana cruda, luego nuevamente productos lácteos 1/2© CC-by-sa 2.0, H.K. Schulthess, MD
1985: Aclaración después de 7 años de comida vegana cruda, luego nuevamente productos lácteos 2/2© CC-by-sa 2.0, H.K. Schulthess, MD
Carta a Simon, un médico que más tarde murió joven de cáncer, solo trat. cpm medicina escolar. 1/2.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb
Carta a Simon, un médico que más tarde murió joven de cáncer, solo trat. cpm medicina escolar. 2/2.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

3. Un nuevo comienzo de la dieta crudívora

Para evitar la prostatectomía, decidí volver por completo a mi dieta crudivegana. Kathrin decidió acompañarme durante el camino que había decidido emprender. Sin mi experiencia anterior, habría dejado que me operasen. ¡Aunque no recomiendo a nadie que siga mis pasos!

Después de cambiar nuestra dieta a alimentos vegetales crudos, Kathrin y yo experimentamos sorprendidos cómo, tan solo después de dos semanas después del cambio, su hipertensión esencial desapareció por completo y el único dato que siguió elevado durante algunos meses fue su pulso.
Además, desapareció una endometriosis sangrante intestinal (disquecia).

La extirpación del útero (histerectomía) dos años antes no mitigó el dolor de la endometriosis puesto que el tejido endometrial ya había crecido dentro del intestino ocasionando sangrado intestinal crónico y fuertes dolores abdominales.

Endometriosis

La curación mediante un cambio de alimentación radical tuvo lugar muchos antes de la menopausia.

Los fuertes dolores y sangrados que sufría durante el ciclo menstrual se redujeron al poco de comenzar y 18 meses más tarde habían desaparecido por completo.

Wikipedia: La endometriosis consiste en la aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, sobre todo en la cavidad pélvica como en los ovarios, detrás del útero, en los ligamentos uterinos, en la vejiga urinaria o en el intestino. Es menos frecuente que la endometriosis aparezca fuera del abdomen como en los pulmones o en otras partes del cuerpo. Se han descrito casos raros de endometriosis incluso en el cerebro. La endometriosis puede ser una de las causas de la infertilidad en las mujeres.

En el artículo de Wikipedia que trata sobre la endometriosis (septiembre 2015) figura lo siguiente: No existe cura para la endometriosis, aunque existen diferentes tratamientos que incluyen analgésicos para el dolor, tratamiento hormonal y cirugía. La medicina no aprovecha este tipo de experiencias prácticas.

Desaparecieron mis problemas de espalda, un éxito que no atribuyo a la alimentación crudivegana, sino a mi capacidad para procesar la evolución de los acontecimientos negativos. Durante la época que dejé de alimentarme a base de alimentos crudos, seguí tomando el Muesli Erb y en ocasiones también comíamos algunos días menús crudívoros. Además, nunca dejamos de comer grandes cantidades de fruta y nada de carne. Sin embargo, en ocasiones cenaba abundante queso blando o rösti (especialidad suiza a base de patata) con queso. Después de mudarnos a Lucerna, a partir del 1998 empezamos a seguir este tipo de dieta porque a los niños les encantaba.

Raw Natural Food, Invitación por Kathy y Bill, Primavera 2013, Nueva York.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb

¿Es realmente necesario que las personas sufran problemas en las caderas o las rodillas? ¿Es posible prevenirlos o incluso revertirlos?

Cuando conocí a Kathrin ella tenía solo 40 años; caminar tan solo 300 metros de descenso suponía un terrible esfuerzo acompañado de dolores de rodilla muy problemáticos para ella.

Lo más probable es que sufriese una artrosis de rodilla, también denominada osteoartritis. Se trata de una enfermedad similar a la artrosis de cadera o coxartrosis. En ambos casos se trata de una enfermedad degenerativa de las articulaciones.

Unos meses después de cambiar nuestra forma de alimentarnos detectamos con grata sorpresa que sus dolores de rodilla al caminar cuesta abajo habían desaparecido. He conocido a otras personas con casos parecidos, que han conseguido eliminar la artrosis con tan solo evitar todo tipo de productos y derivados lácteos, por ello, solo me queda recomendar a aquellos que lo padezcan, que al menos lo intenten durante tres meses antes de considerar cualquier otro tratamiento.

Pronto pudimos caminar hasta 11 horas sin problema. Por ejemplo, en 2003, completamos una ruta montañosa de más de 22 km desde Ferden en el cantón del Valais, pasando por el paso Lötschen, el glaciar Kanderfirn y el valle Gasterntal hasta el municipio de Kandersteg sin descansar para hacer noche.

Después emprendimos una ruta por etapas desde Meggen hasta Montreux (Suiza). Pasamos por Rigi-Kaltbad, caminamos de Scheidegg a Brunnen, el puerto de montaña Surenenpass, Engelberg, Jochpass, Engstlenalp, Planplatten y Meiringen. Seguimos nuestra ruta por el camino interior (Hintere Gasse en alemán) que atraviesa Bärentreck en dirección a Rosenlaui, Grosse Scheidegg, Grindelwald, Kleine Scheidegg, Wengen, Mürren, Sefinefurgge, Griesalp, Hohtürli y Kandersteg. Avanzamos por Bunderchrinde hacia Adelboden a través de Hahnenmoos en dirección a Lenk y el paso montañoso de Tritlisberg hacia Gstaad, a continuación Saanen, Chateau-d'Oex, Montbovon, el pico Rochers de Naye y Montreux. No fue una marcha forzada, ya que conseguimos hacer varias etapas en más de un día.

Frank y Ernst Erb, después de terminar la media maratón Hallwilersee del 12 de octubre de 2014.© CC-by-sa 2.0, Sandra Marchesi
¿Desnutridos?

A la edad de 78 años comencé a correr y tres meses y medio después era capaz de completar medio maratón, aunque no demasiado rápido: 21,1 kilómetros en 02:36 horas. Lo hice tarde, sin embargo, fue un excelente cambio de vida y una buena alternativa a mis interminables e insalubres horas delante del ordenador. Fotos de Sandra Marchesi, un regalo de mi hijo Frank. Instantánea con la boca llena ... mis disculpas ...

4. Algo que nunca termina de desaparecer

Me considero una persona afortunada ya que, con pocas horas de sueño descanso lo suficiente.

Sin embargo, en ocasiones me quita el sueño la neuroborreliosis (enlace en inglés), una enfermedad que, según los especialistas, ha pasado desapercibida para ellos durante muchos años y cuyos síntomas comenzaron a manifestarse en 2003. Nunca antes había tenido ningún tipo de limitaciones o sensaciones atribuibles a la enfermedad de Lyme.

Los síntomas comenzaron de forma repentina y con intensidad, pero se debilitaron considerablemente en pocos meses. El brote de la enfermedad que permaneció latente durante muchos años comenzó a manifestarse como la enfermedad de Parkinson. Las seis semanas anteriores había estado comiendo solo alimentos cocinados.

El primer síntoma visible fue un fuerte temblor de la mano izquierda que no me permitía sostener un vaso de agua sin derramarla al instante. El patrón serológico realizado mediante Western blot mostraba que había sufrido una infección por borrelia (IgG positivo).

Enfermedad de Lyme

En el año 1990 estuvimos viviendo una temporada en casa de unos amigos en Sydney, en una casa de campo cercana a un arroyo.

La mujer padecía neuroborreliosis y su marido terminó contagiándose. Ambos fallecieron a edades tempranas. Nosotros estuvimos de vacaciones con ellos en Fiyi. Esta enfermedad se manifiesta de diferente manera en estos lugares que en Suiza. Wikipedia no muestra la enfermedad de Lyme en el mapa de Australia o de Fiyi. Por supuesto, no me infecté a través de otra persona.

Después del primer brote en 2003, sufrí dolores de cabeza intermitentes —solo por las mañanas— durante semanas o meses, trastornos del habla cercanos a la parafasia y trastornos del curso del pensamiento en forma de fuga de ideas y síndrome de las piernas inquietas (RLS).

Por suerte nunca tuve todos los síntomas al mismo tiempo, sino casi siempre una o dos manifestaciones. Es curioso que desde entonces noto mis piernas hinchadas de forma permanente a pesar de tener un corazón y un sistema cardiovascular sano. Los calcetines deportivos largos y estrechos evitan que la hinchazón llegue hasta mis tobillos y mis pies.

La enfermedad vuelve a manifestarse y los síntomas permanecen durante semanas o meses. Los trastornos del sueño pueden ser verdaderamente agotadores. No me gustaría saber cómo luchar contra esta enfermedad sin seguir una dieta crudivegana. Si se detiene a leer el enlace sobre la enfermedad podrá constatar que los antibióticos solo hacen efecto durante las primeras semanas.

Después, el enfermo se verá impotente con respecto a la enfermedad. De todos modos, conozco pocos casos en los que la posterior administración intravenosa de antibióticos haya tenido éxito y haya superado la barrera del cerebro. Además, el tratamiento es muy caro. Sin embargo, hay libros escritos sobre métodos de curación holística que han tenido éxito.

La borreliosis se manifiesta de manera muy diferente en cada persona. Nunca se sabe qué pasaría si ... Menciono esta enfermedad, con el fin de demostrar que no conviene considerar la alimentación crudista como el remedio para todas las enfermedades. Tampoco puedo afirmar que la evolución de la enfermedad hubiese sido peor con una dieta diferente. Mantengo la esperanza de que con el tiempo se conozca más sobre esta enfermedad y les animo a que lean la siguiente investigación científica (en inglés) sobre el tema.

La borreliosis también provoca fiebre recurrente, en concreto la fiebre recurrente transmitida por garrapata.

5. El tumor papilar en la vejiga

Como he mencionado con anterioridad, todavía tengo un tumor papilar en la vejiga. En las imágenes a continuación muestro los últimos resultados positivos a fecha 15 de julio de 2015. Se trata de los dos últimos documentos de los cinco que presento. Debo hacer hincapié en que el doctor Hansjörg Danuser está en lo cierto cuando sugiere realizar una resección transuretral (RTU) mediante endoscopia. Su consejo fue excepcional tanto desde el punto de vista humano como profesional, de modo que no puedo ni deseo recomendar a nadie que tome las mismas decisiones que yo he tomado.

Nov. 2007: informe de MRI sobre el cáncer de vejiga que existió por más de dos años.© CC-by-sa 2.0, Stephan A. Pfister, MD
Resultado Sonografía Papiloma vesical, marzo de 2010, 1/2© CC-by-sa 2.0, H. Danuser, Prof., MD
Resultados Sonografía Papiloma vesical, marzo de 2010, 2/2.© CC-by-sa 2.0, H. Danuser, Prof., MD
Informe de julio de 2015 sobre la ecografía del papiloma vesical, 1/2.© CC-by-sa 2.0, H. Danuser, Prof., MD
Informe de julio de 2015 sobre el papiloma vesical con ecografía, 2/2.© CC-by-sa 2.0, H. Danuser, Prof., MD

6. ¿Qué fuerzas se necesitan para superar una enfermedad?

Varios años después de la aparición de mi enfermedad empecé a ser consciente de cuáles habían sido los factores que habían contribuido a mejorar mi salud además de la dieta crudivegana. En Tenerife leía muchos libros, entre los que se encuentran algunos de Carlos Castaneda, autor que, en principio, también se encontraba en la misma situación de búsqueda. Teniendo en cuenta el volumen de la lectura, no aprendí demasiado de él, sin embargo, la siguiente aclaración de Don Juan Matus en su condición de nagual en el libro "El segundo anillo de poder" me pareció de extraordinaria importancia:

Todo lo que debes hacer es recordarle que se trata de una paciente incurable. Puesto que es un caso terminal, tiene poder. No tiene nada más que perder. Ya lo ha perdido todo. Cuando no se tiene nada que perder, se adquiere coraje. Somos temerosos únicamente en la medida que tengamos algo a que aferrarnos.

Llegué a entender esta afirmación demasiado tarde, porque siempre había caminado en esa dirección. Además, yo no era seguidor del fenómeno Nueva Era, sino que, por el contrario, era y sigo siendo un realista y, en consecuencia, agnóstico —agnóstico según la teoría de Thomas Henry Huxley—. No obstante, sería un error autodenominarse realista y a pesar de ello no intentar encontrar otras opiniones.

Libros muy importantes en mi vida

Por ejemplo, "Siddhartha", El lobo estepario y "Demian. Historia de la juventud de Emil Sinclair" (seudónimo) de Hermann Hesse, han sido libros muy importantes en mi vida. Por supuesto, en Siddhartha no sería la figura de Govinda.

Sin embargo, desde mi punto de vista, Hermann Hesse siempre actuó como un gran idealista. Lo cierto es que el realismo sin ideales es tan malo como el idealismo. Esta declaración por sí sola no es comprensible si no se conoce en profundidad la enorme diferencia existente entre "tener ideales" y el idealismo. El idealismo que aquí condenamos no tiene nada que ver con el idealismo alemán.

Después de leer la novela Demian me di cuenta de que ya en mi juventud temprana había conseguido un grado de individuación y tuve la suerte de poder desarrollarme como individuo, a diferencia de mi padre, persona a quien admiro por otras razones.

El realismo y el comportamiento opuesto al de un lemming según el mito de Walt Disney en Wild Wilderness en 1958, me empujó a buscar la verdad sobre mi enfermedad, sufrir por ella y entre tanto perder varios kilos de los pocos que me quedaban, por razones psicológicas.

La ansiedad que provoca el temor irracional no fue lo que me dio fuerzas; por el contrario, el miedo a la muerte desde el punto de vista racional sí fue lo que me impulsó a seguir mi propio camino. También sabía que no podía aferrarme a cualquiera de los muchos clavos ardiendo que me ofrecían. Esto es algo que hacen la mayoría de los enfermos una y otra vez...

Tenía que encontrar aquellas fuerzas que fuesen eficaces para conseguir el bienestar tanto físico como mental. Pronto tuve claro que somos la única especie que cocina... Así que podía arriesgarme a alimentarme de la forma más natural posible.

Consideré que el cambio más importante sería para el cuerpo, ya que estamos diseñados para alimentarnos a base de alimentos crudos. Con el fin de que el impulso fuese incluso mayor, los primeros diez días tomé solamente zumos de verduras y agua.

Poco después comencé a practicar el entrenamiento autógeno, desarrollado por Johannes Heinrich Schultz, para tratar la mente y el espíritu.

Para el entrenamiento autógeno puedo recomendar la obra del médico y escritor alemán Hannes Lindemann.

El método me proporcionó las fuerzas que probablemente necesitaba. El miedo real y racional a la muerte siguió ocupándome durante varios años. Para mí, la neuroborreliosis y el papiloma en la vejiga no son enfermedades devastadoras contra las que tenga que luchar con todos los medios como hice en el pasado. Ya no tengo ese miedo necesario a la muerte, se trata de un experimento personal consciente.

Sigo una alimentación principalmente crudivegana que proporciona a mi cuerpo lo que este necesita para mantenerse en condiciones óptimas de salud. Esto hace que tampoco sienta angustia; sin embargo, si sintiese un estrés emocional profundo, optaría por someterme a la resección transuretral (RTU) como tratamiento para el cáncer de vejiga. Por supuesto, algo que nunca dejo de hacer es acudir con regularidad a las revisiones médicas para que los especialistas valoren el estado de la enfermedad.

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