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La mejor perspectiva para su salud

3 Motivos por los que consumir alimentos crudos

Motivos a favor y en contra. La enfermedad y el sobrepeso conducen con frecuencia hacia el crudismo. Como en todo sistema pueden adoptarse formas no saludables.

Alimentos crudos: Zanahorias Manzanas Perejil Pepino Brócoli en preparación para una comida.© CC0, shutterstock, Pixabay
En esta serie de artículos es posible acceder a la publicación anterior mediante el enlace que aparece más arriba; por ejemplo, si ha llegado hasta aquí a través del motor de búsqueda. Igualmente puede utilizar el enlace de acceso a la publicación siguiente. Se trata de diez documentos interrelacionados sobre alimentación crudista publicados con anterioridad y revisados en el año 2014. El resto de los textos son nuevos.

Resumen

En este artículo descubrirá una serie de argumentos que le franquearán la entrada hacia el tema de la alimentación crudista. Asimismo, comentaré algunos de los motivos que considero cuestionables. De este modo también podrá observar que cualquiera de los planteamientos siempre favorece a alguien. Un estudio sistemático ocuparía varios tomos y no un artículo como este. Aquí trataré de reunir lo más importante.

1. Las reacciones de Maillard

A favor de los alimentos crudos existen motivos significativos que pueden deducirse analíticamente, y otros que simplemente se presentan como síntesis. Así, por ejemplo, con el término análisis me refiero a los hechos demostrados de las reacciones de Maillard, que provocan inflamaciones celulares y favorecen la aparición del cáncer.

Una de ellas es la formación de acrilamida en los alimentos cocinados, sobre todo en los amilíferos, como las patatas fritas y las patatas fritas de bolsa.

Ejemplos de alimentos que pueden promover la inflamación y eventualmente conducir al cáncer.© CC-by 2.0, Collage Catalina Sparleanu, PhD, Foundation Diet Health Switzerland

Sólo mediante el calentamiento a temperaturas elevadas de unas patatas, Maillard descubrió unas 450 uniones diferentes entre moléculas. Y solamente uno de estos compuestos alcanzó popularidad, en el año 2002, bajo el nombre de acrilamida… Precisamente las moléculas de Maillard están presentes en los alimentos tostados que tanto nos seducen y que la industria de la alimentación no duda en aprovechar. Véase en este sentido las reseñas de los libros Sal, azúcar y grasas y Mentiras, lobbies, alimentos.

Dondequiera que puedan repetirse unas diferencias significativas, se aplican las conclusiones derivadas del análisis, la serie de ensayos y la síntesis o el conocimiento

De todos modos, no deberíamos aceptar todas las conclusiones a las que se llegan en el entorno de la alimentación crudista. ¿O sí? El análisis al que nos referimos es el de los estudios detallados. Los resultados y las inferencias deben derivarse o demostrarse a partir de pruebas prácticas. Una predisposición negativa hacia la alimentación crudista, como sucede en el Estudio de Giessen sobre Alimentación Cruda, resulta tan errónea como una positiva, p. ej., una afirmación del tipo “el crudismo es lo único correcto”.

Se trata, sobre todo, de encontrar las conexiones directas entre forma de alimentación y estado de salud. Se incluye asimismo el análisis de sus contenidos en relación con las necesidades de los individuos.

Dondequiera que puedan repetirse unas diferencias significativas, se aplican las conclusiones derivadas del análisis, la serie de ensayos y la síntesis o el conocimiento. Con frecuencia se trata de una empresa difícil.

2. Nuestros antepasados en la evolución humana se alimentaron durante millones de años solamente con productos crudos.

En relación con el enunciado que dice: “se presentan como síntesis”, me gustaría señalar que no sólo el análisis, sino también la lógica, conducen a inferencias concretas. Es evidente, por ejemplo, que los animales no domesticados se alimentan de comida cruda. También sabemos que nuestros antepasados en la evolución humana (no nuestros antepasados generacionales; enlace en alemán) se alimentaron durante millones de años solamente con productos crudos.

Admitimos, igualmente, que el proceso de adaptación genética (adaptación biológica, selección y evolución; véase también geocronología) perdura desde hace cientos de miles o millones de años. Asimismo sabemos que el fuego se descubrió hace algunos cientos de miles de años, pero que su utilización habitual en la preparación de los alimentos es relativamente reciente.

Inferencias erróneas

También es cierto que existen ideas equivocadas acerca de la composición de las comidas cocinadas en el pasado.

Los investigadores sólo pudieron encontrar huesos en los restos de las hogueras de las antiguas civilizaciones ya que la parte correspondiente a las frutas y verduras se había descompuesto mucho antes. Esto condujo a inferencias erróneas que aún se defienden en parte.

Podemos compararlo con el caso de los Gastornis, unas aves de gran tamaño no voladoras de la prehistoria, que los científicos describieron como un pájaro terrorífico, o monstruo devorador de carne, de 175 kilos de peso. No fue hasta el año 2013, cuando el análisis de las relaciones entre isótopos llevó a una modificación del citado planteamiento. Sin embargo, y a pesar de pruebas evidentes, los antiguos defensores de la teoría carnívora continúan buscando pretextos. Al igual que sucede con los humanos.

Me parece muy importante analizar, por un lado, cada motivo en particular y, por el otro, buscar el ejemplo que nos ofrece la naturaleza. Así obtendremos un resultado que se corresponderá con “ambos tipos de síntesis”. Sólo de esta manera podremos construir sobre bases consistentes; a pesar de que no toda la sociedad lo comparta y de que determinados sectores se opongan con vehemencia por ignorancia, tradición, creencias o en defensa de su propio grupo de interés.

Así, la idea de que el crudismo es beneficioso e importante para las personas no seguirá siendo tan sólo una tesis. No se derivará simplemente de una observación del tipo “Jumping to conclusions” (enlace en inglés), sino que será cierta y comprensible.

Estos y otros conocimientos refuerzan la idea de que el crudismo es “la forma de alimentación correcta” también en el caso de los seres humanos. No obstante, sólo cuando hayamos logrado demostrar sus efectos beneficiosos en la práctica, podremos comunicar más fácilmente esta “síntesis directa” o “conocimiento lógico”.

3. La alimentación crudista y el sector médico

El sector médico en los Estados Unidos ya no considera la alimentación crudista como un tema alarmante. Varias investigaciones epidemiológicas importantes hacen referencia a las ventajas del crudismo. También podemos acceder puntualmente a libros escritos por médicos en los que demuestran con claridad cómo un cambio radical en la forma de alimentación reduce considerablemente el riesgo de padecer cáncer y posibilita su curación. Y me estoy refiriendo a médicos con planteamientos de la medicina convencional. Ampliaré esta información en otro capítulo.

Hipócrates nos dijo: “Que tu alimento sea tu medicina”.

En el caso de la mayoría de los medicamentos, las relaciones causa-efecto no son completamente claras. Existen demasiados parámetros distintos en una enfermedad y con frecuencia esta se desencadena por diversos motivos. Cada persona es genéticamente diferente y en consecuencia reacciona de forma particular.

La alimentación crudista no sólo combate los síntomas de un gran número de enfermedades, sino que también actúa en ellas de modo causal

Muchos medicamentos sólo son útiles para combatir los síntomas, como p. ej., los beta bloqueadores o los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina en los casos de hipertensión arterial. Lo mejor sigue siendo evitar dichos estados mediante una alimentación adecuada.

Los medicamentos producen reacciones adversas y daños duraderos.

En cambio, se ha demostrado que la alimentación crudista no sólo combate los síntomas de un gran número de molestias y enfermedades claramente definibles, sino que también actúa en ellas de modo causal.

En particular, para la hipertensión arterialuno de los cuatro mayores factores de riesgo de ictus, enfermedades cardiovasculares y muerte prematura–, la alimentación crudivegana ha demostrado mejoras significativas en un plazo de 14 días.

¿Una colección de píldoras en su paquete con la pregunta de si tiene que tragar a veces?© CC-by 2.0, Collage Catalina Sparleanu, PhD, Foundation Diet Health Switzerland

1. Motivos por los que consumir alimentos crudos

Los individuos deciden adoptar una alimentación crudista por los motivos más variados. Las razones que aparecen en un primer plano son, junto con las enfermedades, las ecológicas y las religiosas. Nuestro entorno “disculpa” en general la práctica de este tipo de alimentación sólo cuando existen problemas de obesidad o de enfermedad, y las crudistas demuestran que obtienen resultados positivos. Si comer alimentos crudos entre horas fuese algo “in”, nadie tendría que ponerse a reflexionar sobre su forma de alimentarse…

En general, nadie adopta una alimentación crudista porque, él o ella, se preguntan: “¿Por qué cocinamos nuestra comida si ningún otro ser vivo lo hace?”.

Gracias a un cerebro más grande, el ser humano logró relativizar su enorme miedo al fuego

Incluso nos encontramos con planteamientos científicos absurdos que sostienen que nuestro cerebro es más grande porque nos hemos alimentado con productos cocinados. Cuando lo que ocurrió fue precisamente lo contrario: gracias a un cerebro más grande, el ser humano logró relativizar su enorme miedo al fuego.

Así, los humanos aprendieron a encender fuegos y a controlarlos. Sólo más tarde, tras nuevas experiencias casuales, los individuos descubrieron que el fuego también servía para cocinar y asar. Aunque esto no es totalmente seguro, ya que es posible que el ser humano consumiera con anterioridad animales muertos en incendios de bosques o matorrales.

Todos nosotros nos sentimos condicionados por nuestro entorno y por nuestros semejantes. Desde nuestra más temprana edad tendemos a aceptar aquello que vemos hacer a los demás, incluso los estilos de vida y los planteamientos más oscuros, así como los extremismos.

Nos comportamos de un modo similar a como lo hacen los animales gregarios

Dicho brevemente: nos comportamos de un modo similar a como lo hacen los animales gregarios o los lemmings (en el documental de Walt Disney), y nos gusta parlotear, con una falta total de crítica, sobre las informaciones de la prensa amarilla, la televisión o la radio. Desde un punto de vista positivo, esto conduce también a una ecología del comportamiento.

En un primer momento son nuestros padres los que nos marcan la senda a seguir. Por eso no es de extrañar que la mayoría de las personas expresen su desaprobación (enlace en inglés) hacia el crudismo como forma de alimentación (alimentación alternativa; enlace en alemán).

Ya me parece oír las objeciones: “¿Pero de dónde obtienes los imprescindibles hidratos de carbono? ¿O las “proteínas”? Son objeciones que no sólo escucharemos en boca de los legos en la materia, y eso que la respuesta es bastante sencilla.

Es sobre todo en los años “buenos”, entiéndase “de abundancia”, cuando somos más y más dependientes de nuestras pulsiones -entre ellas las de nuestro paladar y sentido del gusto- sin importarnos si son beneficiosas o perjudiciales para nuestro cuerpo.

Para saber más sobre los trasfondos de las interacciones existentes entre política e industria de la alimentación, puede consultar las reseñas de los libros Sal, azúcar y grasas y Mentiras, lobbies, alimentos.

¿Por qué tendríamos que hacer cosas que aparentemente son menos placenteras? La medicina nos permite vivir una vida mucho más larga que en el pasado. Aunque también es cierto que, a partir de los 60 años, las molestias comienzan a acompañarnos. Demasiado pronto y con demasiada frecuencia padecemos limitaciones relacionadas con la salud. Sin embargo, estas se muestran rara vez para quienes siguen otras vías.

Muestra la gordita "Ruth the Acrobat" en una posición con la cara entre sus piernas.© CC-by 2.0, Coney Island Sideshow, Millard & Bulsterbaum

¿Se trata simplemente del destino? ¿El sobrepeso, e incluso la obesidad, están realmente determinados por nuestro destino? ¿O nuestro peso corporal depende de nuestra coyuntura? Compruebe las estadísticas de las causas de fallecimientos (enlace en inglés).

Si reflexiona un poco más y las compara con las causas de muerte de los animales “salvajes”, descubrirá nuevas pruebas lógicas (enlace en alemán).

A las preguntas anteriores debemos añadir la siguiente: “¿Por qué vivimos la segunda mitad de nuestra existencia de un modo que, con frecuencia, no es saludable ni activo?” ¡Y la ciencia ha demostrado que la esperanza de vida genética de los seres humanos es de unos 120 años! Esperanza de vida que continúa creciendo según indican varios importantes estudios realizados en los Estados Unidos.

En Norteamérica, algunos médicos de vanguardia modificaron radicalmente su propia forma de alimentación

En Norteamérica, algunos médicos de vanguardia modificaron radicalmente su propia forma de alimentación para disminuir al máximo el riesgo de padecer cáncer de próstata. El doctor en medicina Bob Arnot escribió, por ejemplo: Pude ver cómo salía a la luz un gran secreto: la alimentación es uno de los métodos más importantes para protegerse del cáncer de próstata. [252-14]

En realidad, lo que estaba buscando en sus inicios era un método para proteger a su esposa de su elevado riesgo de padecer cáncer de mama. Tanto él como otros médicos de los Estados Unidos, que por lo demás no se interesan por la medicina alternativa o complementaria, han escrito sobre la curación del cáncer a través de cambios radicales en la forma de alimentación.

Evidentemente, la alimentación crudista no puede solucionar todas las molestias de salud como por arte de magia. Molestias que acaso se hayan adquirido en el transcurso de 50 años o incluso más. Entonces, ¿qué argumentos esgrimen los crudistas que mantienen este tipo de alimentación durante largo tiempo y no como un régimen alimenticio temporal?

1.1. Motivos de salud

Mis motivos personales se deducen de lo escrito en otros artículos. No afirmo que el cáncer pueda curarse de forma general mediante una alimentación crudista. Pero sí es evidente, en cualquier caso, que muchas personas recuperan la salud gracias a este tipo de alimentación. Y, en consecuencia, también es elevado el número de autores que citan los motivos de salud como razón para un cambio en los hábitos alimenticios.

Comida crudivegana en un restaurante de Seattle: espaguetis de algas laminariales.© Por cortesía de Rafael Järmann, "Rohkost-Coach", 27.1.2008
El nombre del plato es, sin embargo, “mostly raw” (prácticamente crudo). "La” pasta” era de macroalgas con varias tiras de zanahoria y lo morado son cebollas. Estaba muy rico… especialmente con la salsa al curry”.

Del Estudio de Giessen sobre Alimentación Cruda se desprende que la mayoría de los crudistas alegaban razones de salud para justificar su forma de alimentarse, al igual que sucedía con los individuos que practicaban otros tipos de alimentación integral [217-66]. Los participantes en este estudio científico se habían alimentado con productos crudos durante 3,5 años como media y continuaban pensando que el crudismo les procuraba una salud mejor. Evidentemente, no estamos ante una prueba y puede que se trate de un error. El motivo inicial contribuía a su certeza.

Fórmulas insensatas en todos los tipos de alimentación

No obstante, hay que señalar que también existen fórmulas insensatas en todos los tipos de alimentación. En la mayoría de los casos están fomentadas por instituciones, libros o productos, es decir, por el sector económico.

Podemos leer así informes de salud [47] o informes sobre dietas adelgazantes como la de Atkins. Esta es una dieta que privilegia el consumo de carne y que puede conllevar ventajas para individuos con hongos intestinales excesivos o inadecuados. También puede lograr una pérdida de peso. Pero, en ambos casos, a costa de la salud a largo plazo.

Así, algunos tipos de alimentación “especial” pueden resultar adecuados para determinadas personas, pero siempre de forma temporal y aplicados con conocimiento de causa.

De todos modos, no sólo las ideas subjetivas sobre el propio estado de salud y las expectativas de respuestas positivas, sino también la “fe”, conducen a mejoras objetivas.

Independientemente de lo que uno crea o haga, no debemos minusvalorar el efecto placebo. La fe en algo siempre ayuda, aunque no exista ninguna sustancia activa. Con todo lo que he podido experimentar y observar desde un planteamiento crítico, puedo confirmarle que la alimentación crudivegana incide fuertemente en la salud. Sin que se dé participación alguna de la fe o del efecto placebo. Las células, por ejemplo, no se ven afectadas por las moléculas de la reacción de Maillard. Y sólo esto ya conduce con el paso del tiempo a numerosas mejoras en el funcionamiento de los órganos y del cuerpo.

Otros motivos válidos

Aunque más adelante comentaré otros motivos válidos, ahora me gustaría centrarme en algunas razones que considero correctas y en otras que me parecen discutibles. ¿Por qué reacciona un cuerpo enfermo a menudo con una “falta de apetito”? ¿Por qué conducen determinados tipos de cáncer al rechazo instintivo de productos con concentraciones significativas de moléculas de Maillard? Sólo en la clínica Villinger Schwarzwald-Klinik [224-6] se curaron, de 1984 a 1991, más de 5.000 pacientes de sus fuertes alergias, fundamentalmente mediante el ayuno y la alimentación vegetal viva.

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Toda forma de alimentación presume de noticias relativas a sus éxitos y recibe cartas de agradecimiento. Sin embargo, para lograr credibilidad, un instituto como este debería presentar estadísticas que abarquen todos los casos tratados. Sin ellas, sus datos sólo pueden considerarse con prudencia, cuando no poco creíbles.

Muchos de aquellos pacientes mantienen hoy en día este tipo de alimentación. Se encuentran sanos, felices y satisfechos. Y continúa así: En el instituto Institut für Biologische Medizin de Villingen se han documentado desde el año 1983 numerosos casos médicos que demuestran que la alimentación crudivegana mitiga muchas enfermedades crónicas y que incluso puede curarlas. [224-10]

La clínica señala los siguientes inconvenientes relacionados con el consumo de productos de origen animal:
procesos de descomposición en el intestino que generan amoniaco, sulfuro de hidrógeno, indol, escatol, mercaptano (tioles) y tioéter (no "etéreo") -todos ellos dañinos para el hígado-, así como enfermedades linfáticas, alergias, cáncer, enfermedades de fabricación de proteínas, como arteriosclerosis y reumatismo, la enfermedad de Besnier-Boeck (sarcoidosis), diabetes, infarto (infarto agudo de miocardio), apoplejía (accidente cerebrovascular), hipertensión arterial, gota y predisposición a las infecciones. En este ámbito, considero cuestionable el tema de la diabetes.

En otro apartado comentaré una serie de factores que culminan en una frase que se cita con frecuencia y que dice así: Toda vida procede de la vida, de alimentos muertos sólo procede la muerte. Además, incluye la siguiente cita del profesor Dr. Eberhard Schmitt de la clínica Universitäts-Kinderklinik Düsseldorf: Con la leche materna no se sobrecargan los órganos metabólicos todavía inmaduros, como el hígado o los riñones, en cambio con la leche de vaca….

¿Cuáles son las consecuencias de todo esto? La mayoría de las personas aún desconocen que los investigadores reivindican la denominada “macromolécula vital” (LM) y que en algunos casos pretenden haberla encontrado. Según sus planteamientos, se trataría de células muy pequeñas, de compuestos estructurados químicamente variados de origen vegetal o animal. Al descomponerse se produciría una mineralización parcial (enlace en inglés) que conservaría el principio de la vida.

Elixir de la vida y terapia de enzimas

Ya en el año 1675, el físico francés Denis Papin opinaba que el “elixir de la vida,” que buscaban algunos de sus colegas, podía obtenerse mediante el vapor [G. Speicher: “Ihrer Zeit voraus, Düsseldorf, 1967]. El médico W. Harless lo formuló, en su libro de 1977, más o menos con estas palabras:

Que puedan ingerirse mediante los alimentos ciertas sustancias consideradas como fuentes originarias de todo lo vivo, no es algo que la ciencia pueda determinar a día de hoy. Sin embargo, muchas evidencias apoyan dicha tesis.

En realidad, fue W. Ostertag quien popularizó la cuestión de las macromoléculas LM [33]. Consideraba que, tanto el Dr. B. S. Frank con su dieta ARN y ADN, en 1979, como K. Allgeier con su “terapia de enzimas”, en 1978, habían logrado una adecuada aplicación de estas ideas. Ostertag se refiere en sus ejemplos a los “pueblos primitivos preservados”, como los esquimales (pueblos indígenas), los bosquimanos o lo san en el sur de África, los hunzas (enlace en inglés), los botocudos del altiplano brasileño y los lapones (o sami) del norte de Finlandia.

Estos viven o vivían, según Ostertag, con una salud extraordinaria y a salvo de toda enfermedad de la civilización. No obstante, olvidaba señalar que el aislamiento de estos pueblos los protegía de numerosas enfermedades infecciosas que acortan la esperanza de vida. A lo que debe añadirse que, p. ej., los esquimales, con su elevado o incluso exclusivo consumo de alimentos de origen animal, muestran una vida activa muy corta.

Deliciosa comida cruda lista para llevar.© CC-by 2.0, Robert Lee, roboppy 2005 bei flickr.
Su apariencia es muy variada y parecen cocinados, pero todo es crudo y al mismo tiempo tan exquisito como los productos gourmet.

Wandmaker dijo literalmente [234-32]: Una persona que sólo come carne muere transcurridos 21 días. ¿Qué debemos creer ahora? Ostertag escribió asimismo: Para los científicos convencionales, la vida es el producto de unos procesos químicos aún no completamente aclarados en el marco de una unión celular; esta comienza con un intercambio de electrones entre uniones de átomos, vinculados a la presencia de aminoácidos o proteínas.

Sin células y sus portadores de información químicamente determinables no hay vida. Si fuese cierto que las LM sólo pueden formarse en uniones de células, y estas últimas se componen de LM, algo que nadie pone en duda, entonces nos encontraríamos, según el profesor Eisenstein, con un planteamiento tan absurdo como la disparatada pregunta ¿qué fue antes, la gallina o el huevo?.

Esotéricos y respiracionismo

Especialmente para los esotéricos, toda materia muerta o viva es sólo la manifestación de impulsos procedentes de otros niveles de conciencia, es decir, no vinculado a células, ni tampoco a moléculas ni a átomos (energía espiritual, cuerpos esotéricos, cuerpos etéreos, cuerpos sutiles; ambos enlaces en inglés). Personalmente he decidido distanciarme en este artículo de las ideologías de las diferentes corrientes esotéricas, sin especular sobre quién pueda tener razón. Me gustaría que me demostrasen las cosas, porque prefiero los hechos.

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Y aún más: estoy dispuesto a hacer la siguiente apuesta. Pagaré 25.000 francos a quien pueda demostrarme en mi propia casa que, él o ella, vive del respiracionismo. Además ofrezco alojamiento, conversación, traslados, etc. Esta persona apostará por su parte 2.500 francos, es decir, un 10% de la apuesta total. Las pernoctaciones en mi casa las asumiré sin repercutir coste alguno. En mi opinión, la causa de todo esto es la esquizofrenia. Dichos individuos están totalmente convencidos de que viven así.

No he querido pasar por alto esta cuestión para no perder credibilidad ante los seguidores de esta tendencia, que podrían llegar a pensar que no sé nada sobre estos temas.

De todas maneras, sé que fracasaré en toda lógica frente a los adeptos del respiracionismo. Me gustaría señalar también que, para algunos seguidores de la alimentación crudista, el criterio principal de su opción alimenticia son precisamente los impulsos desde otros niveles de conciencia. Y esto, de nuevo, es otra cuestión.

Tras la lectura de este artículo, usted será consciente de las posibles fuentes de errores de este modo de alimentación. Es cierto que hasta la fecha han sido fundamentalmente los esotéricos quienes se han centrado en las “macromoléculas vitales” (LM). Pero se trata de una cuestión muy distinta a la de la “materia sutil”, cuestión que no deseo retomar aquí. (Véase, sin embargo, más información sobre el “transporte” (enlace en alemán) de sustancias, energías e información en el cuerpo, incluidas las conocidas macromoléculas).

El profesor universitario Dr. H. P. Rusch buscó el verdadero proceso de la vida, no en el ámbito, hasta la fecha no concretamente demostrado, de la energía sutil o subatómica, ni tampoco a nivel celular, sino en un estado que se sitúa entre ambos a nivel macromolecular. A estas sustancias las denomina “microsomas”.

Lo que realmente es importante en estas circunstancias, también resulta comprensible, es decir, la decisión de alimentarse con determinadas partes crudas de plantas que, en la medida de lo posible, crecen salvajes. Como estoy más a favor del deporte de masas que del deporte de élite, suelo aconsejar a las personas que desean probar formas de alimentación extremas que lean los libros correspondientes, p. ej., la obra de Ann Wigmore. Ella nos muestra una opción viable.

Mi intención es mostrarle caminos más sencillos porque la alimentación crudista ya es de por sí lo suficientemente difícil. En base a una reflexión bastante general, considero que el crudismo puede suponer un gran reto. Si más tarde llega usted a la conclusión de que prefiere un tipo de alimentación más estricta, siempre puede cambiar y contará para ello con los conocimientos aquí aprendidos y las experiencias vividas.

Curiosamente, R. Dawkins [56] y otros divulgadores llegaron a conclusiones similares en los años 1976/78. Incluso el pequeño libro de Ostertag, a pesar de cometer ciertos errores, como afirmar que el cuerpo humano cuenta con reservas de azúcar y grasa, pero ninguna de proteínas [33-54], está salpicado de numerosos y buenos argumentos en cuanto a los efectos diferenciados de alimentos crudos y cocinados. Se trata evidentemente de argumentos distintos a los de las moléculas de la reacción de Maillard.

En relación con la supuesta “falta de reserva de proteínas”

En relación con la supuesta “falta de reserva de proteínas”: el pool de nitrógeno (Schoenheimer, 1939) en las proteínas es una mezcla de componentes que proceden por una parte de la alimentación y por otra de la descomposición de los tejidos, y que el organismo (enlace en inglés) (biomasa) utiliza para la constitución de tejidos (aminoácidos y en menor medida sales de amonio). [31-259, Bd I/I]

La semivida de eliminación de las proteínas del cuerpo es de 80 días N-pool ó 514 mg por kg de peso al día. Para un hombre de 70 kg asciende así a 11 kg. En consecuencia, basta una modificación durante 10 días en la ingesta de proteínas para que el pool recupere de nuevo su equilibrio. En este sentido, comentar los argumentos en relación con los compuestos lo más naturales posibles o las "zonas activas" propuestas por el profesor Schuphan, en 1960 y 1977, sería ir demasiado lejos.

En definitiva, lo importante es comprender que algunas personas, en base a argumentos probablemente correctos, deciden ir más allá de lo que es el “crudismo habitual”. Además, según mi parecer, la alimentación crudista representa tan sólo uno de los pilares cuando se opta por un cambio de estilo de vida.

Portada del libro "Die Neue Salateküche" de comida cruda, Ediciones Naturalis Verlag, 1989.© CC-by 2.0, Die neue Salateküche, Naturalis Verlag 1989

Bajo el título “Repostar vida”, trato esta cuestión con más detalle en otra publicación.

Con el objetivo de que, llegado el caso, pueda usted elegir según su “propia filosofía”, encontrará más adelante una breve descripción de varios movimientos crudistas habituales. Evidentemente, estoy de acuerdo en principio con el requisito de “natural y fresco”.

Mi consejo es el siguiente: ¡Dé prioridad a los alimentos de cultivos biológicos controlados!

Y aún me gustaría añadir otra idea. Los alimentos vegetales son ricos en sustancias bioactivas. Estas incluyen, entre otros, al extenso grupo de los componentes secundarios (como las sustancias relacionadas con el color, el aroma y el sabor) y la fibra vegetal. Las sustancias bioactivas ocupan cada vez más el centro de todos los intereses porque, junto con las sustancias vegetales primarias, las vitaminas y los minerales, resultan determinantes para la calidad de las verduras.

Las sustancias bioactivas

Según los numerosos estudios epidemiológicos efectuados, dichas sustancias son beneficiosas para la salud, el rendimiento y el bienestar de los individuos. Poco a poco este conocimiento se va haciendo general: las sustancias bioactivas, o metabolitos secundarios de las plantas, que se ingieren a través de la verdura, reducen el riesgo, entre otros, de padecer enfermedades cardiovasculares e infecciosas y cáncer.

El brócoli como ejemplo

Una encuesta de consumo realizada a más de 14.000 personas de la Unión Europea demostró que el criterio decisivo en la compra de alimentos era el sabor para un 8% de los encuestados y la salud para un 32%.

Asimismo, se calcula que hasta el año 2015 entre un 16 y un 18% de los gastos en medicamentos correspondían a medicinas naturales. La verdura puede desempeñar un papel significativo en este mercado.

Es necesario, no obstante, examinar la influencia de las medidas medioambientales y de cultivo en sus contenidos en minerales y vitaminas, así como sus metabolitos secundarios.

De esto se ocupa, por ejemplo, el instituto Institut für Gemüse- und Zierpflanzenbau Grossbeeren/Erfurt e.V. (IGZ). El brócoli es una verdura especialmente rica en diferentes sustancias bioactivas. Las medidas de cultivo, como la selección de la variedad, el periodo de cultivo y el abono, son parámetros importantes. Estos criterios determinan los contenidos en sustancias bioactivas sin procedimientos tecnogenéticos. [bmvelforschung.de]

1.2. Motivos ecológicos

Es un hecho que para comer crudo no se precisa la energía de un proceso de cocinado y que se contamina menos el medioambiente al utilizarse una menor cantidad de detergentes. El metabolismo basal personal se reduce y la barrera natural de los individuos evita que estos coman en exceso y se “llenen”. Los crudistas, sobre todo, no comen o comen pocas veces carne o pescado, y, cuando lo hacen, los consumen crudos. En este sentido, los crudistas tienen mucho en común con los veganos.

Los motivos ecológicos se ven potenciados por la situación de sufrimiento de los animales en las granjas industriales, así como por la relación entre suelos cultivados destinados a la producción de carne y suelos para la producción de alimentos vegetales. Nuestra forma de actuar en este ámbito es un verdadero sinsentido, y la mayoría de las personas optan por desviar su mirada o se muestran insensibles.

Es cierto que sólo a costa de la naturaleza (ecología) obtenemos alimentos más baratos (economía).

Según la Academia Evangélica Loccum, los hogares de Alemania federal dedicaban en 1960 un 33% de sus ingresos a la alimentación, hoy en día no llega a un 16%. Evidentemente, la cría intensiva (cría masiva) y las medidas aplicables a esta no son los únicos motivos que explican que los costes de los alimentos se hayan reducido a la mitad.

Para engordar a los animales se precisa una gran cantidad de cereales

Por otro lado, para engordar a los animales se precisa una gran cantidad de cereales, que suman varias veces las calorías que finalmente acaban en un plato de carne. El cerdo es el animal que realiza la transformación de la energía vegetal en carne con mayor eficacia.

A lo largo de su vida, un cerdo convierte en carne un 35% de la energía que obtiene de su alimentación. El ganado vacuno alcanza justo un 6,5% y las ovejas un 13%. Asimismo, el tiempo de engorde del ganado vacuno se sitúa entre los 12 y los 14 meses, más largo que los 7 meses necesarios para los cerdos. Una vida triste, dolorosa y breve. Algunas religiones prohíben el consumo de carne de cerdo sin duda por buenos motivos, pero no precisamente por la breve y dolorosa vida que llevan estos animales en la actualidad.

1.3. Motivos de piedad

La crisis de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y el peligro que suponen los restos de antibióticos en la carne, así como otras razones, llevaron a muchas personas a reducir su consumo de carne o abandonarlo por completo. Igualmente existen razones de peso altruistas que conducen a rechazar los productos de origen animal. Los motivos de piedad y respeto son los que predominan entre los veganos y también entre los vegetarianos menos estrictos.

En el caso de los crudistas, dichos motivos no suelen aparecer solos. Toda persona que sea capaz de sentir compasión (empatía) y que viva de forma consciente se dará cuenta poco a poco de que los seres humanos tratan a los animales de granja de un modo frecuentemente cruel.

Una ganadería que no respeta las características de la especie, el transporte de los animales y el modo de sacrificarlos conducen a una vida animal llena de dolor.

Esto no es comparable con la caza que practicaban nuestros antepasados, ni tampoco con la ganadería extensiva. Esta última es una forma de criar animales algo más natural que se practica todavía principalmente en los países del Tercer Mundo, sobre todo en Suramérica. Antes de la Segunda Guerra Mundial, el consumo de productos de origen animal no era tan elevado, salvo algunas excepciones como, por ejemplo, los esquimales, que envejecen con mayor rapidez.

Organizaciones protectoras de los animales

Nuestra comida en un restaurante crudivegano. Probablemente en California, primavera de 2013.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb, Foundation Diet Health Switzerland
Un plato de comida en un restaurante crudivegano de San Francisco durante la primavera de 2013. La idea de fotografiar este plato tan sabroso la tuve demasiado tarde y por desgracia se ve que está empezado. Su aspecto no es tan apetitoso como lo era cuando me lo sirvieron. La bebida también es de origen vegetal.

De este modo, y no sin motivo, han surgido todo tipo de organizaciones protectoras de los animales (enlace en inglés) más o menos militantes. Ahora nadie puede escudarse en la disculpa de que, él o ella, no sabían nada. En este sentido, pueden consultarse en internet informes francamente aconsejables sobre dicha cuestión. Así, por ejemplo, las vacas lecheras pueden llegar a vivir 20 años en condiciones naturales, sin embargo, cuando su destino es la cría industrial, estos animales son sacrificados entre los 3 y 7 años al desarrollar enfermedades o bajar su producción de leche.

Como era de esperar, en la definición de “vaca” de la Wikipedia podemos ver la fotografía de una vaca rubia gallega pastando en un hermoso campo, y no la verdadera imagen de lo que es realmente una ganadería industrial.

Para poder obtener subvenciones de la U.E., en muchos casos se sacrifican los terneros justo después de nacer. Ironías de la vida, esta carne no puede destinarse al consumo humano. Una vaca debe preñarse una y otra vez para que pueda producir leche. Por este motivo, se sacrifican tres de cada cuatro terneros a las pocas semanas de nacer (carne de ternera) o tras unos meses de engorde para venderse como carne de vacuno. (Pueden consultarse más datos sobre la producción de ganado vacuno en este enlace en alemán).

Las vacas de razas lecheras sufren métodos de crianza tan poco naturales que se hace preciso el tratamiento con antibióticos. En los Estados Unidos, los animales destinados al matadero reciben un tratamiento permanente. Las condiciones de las jaulas de gallinas ponedoras (granjas avícolas) y de la cría de pollos son conocidas por todos nosotros, al igual que la crianza de cerdos. Según los datos de un programa de la televisión alemana wdr.de, los pollos viven casi exclusivamente en lo que se denomina “confinamiento de alta concentración” (granjas factoría).

Los pollos híbridos se crían para una producción de carne particularmente rápida y vive solo 3o dias© Public Domain, USDA, Wikipedia

Se trata, en muchos de los casos, de granjas con unas 30.000 aves en jaulas cerradas y sin ventanas, con concentraciones de hasta 24 pollos por metro cuadrado. 35 días después de nacer termina la triste vida de estas aves en el matadero. Igualmente, cabe recordar que los huevos y sus derivados se han convertido en productos cada día más apreciados.

Si en Alemania, en el año 1951, una gallina ponedora ponía una media de 120 huevos anuales, hoy en día pone unos 300 huevos en su corta vida de 18 meses. Véase gallina híbrida (enlace en alemán).

No resulta sencillo ser vegetariano puro, o incluso vegano, con una forma de alimentación cocinada. Muchos de los productos terminados esconden compuestos de origen animal, así como otras sustancias: potenciadores del sabor a base de glutamato monosódico (no encontramos ninguna crítica en la Wikipedia; véase al respecto esta reseña) o gelatina, presente en dulces, puddings, requesón, yogures y, por supuesto, ¡en los ositos de goma!

1.4. Motivos religiosos

Muchos de los fundadores de las religiones (enlace en alemán) abogaron por una forma de alimentación crudista. Además, no consideraban que la sexualidad, impulsada por la naturaleza o por Dios, fuera un tema pernicioso. ¿Y si el “árbol del conocimiento del bien y del mal” no se refiriese a nuestra sexualidad –como nos han hecho creer hombres ancianos e impotentes– sino a cocinar y asar los alimentos?

Vegana cruda (sin incluir la carne) como Acción de Gracias "Turquía" y guarniciones veganas© CC-by 3.0, Nuage Cafe, Parkland, Florida, Wikipedia

Recordemos que, según la Biblia, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y su regreso fue impedido con la “espada ardiente” de los querubines… El teólogo Herbert Haag escribe en su libro “Schön bist du und verlockend, Grosse Paare der Bibel” (Ediciones Herder Verlag) lo siguiente: Debemos cuestionarnos si una persona dominada por el erotismo puede ser religiosa.

La Biblia fue reescrita

Numerosos autores han concluido que la Biblia fue reescrita a lo largo de los siglos y lo demuestran sobre la base de varios pasajes del Himno al Amor:

Me cubrió con los besos de su boca. Más dulce que el vino es tu amor. Exquisitos los aromas de tus ungüentos, tu nombre es un santo óleo vertido; por eso te aman las jóvenes. Hermosa eres, amiga mía, sí, eres hermosa.

El citado libro se centra en las parejas de la Biblia: Abraham y Hagar/Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea/Raquel, David y Betsabé, etc. Historias de la Biblia, en ocasiones dramáticas, que nos hablan de amores correspondidos y frustrados, así como del anhelo y del deseo.

En realidad, fueron los denominados padres de la Iglesia quienes separaron el amor de “arriba” (divino) y el amor de “abajo” (terrenal). En el Evangelio según San Juan, sobre todo, se relatan “historias de amor” o se describe cómo son las relaciones de Jesús hacia María, Marta, Lázaro y Juan, el discípulo preferido, sin esquivar los aspectos eróticos.

Dorothee Sölle culmina diciendo en la citada obra: Se trata de ejemplos maravillosos de la fuerza creadora, que brilla donde se unen aquellos que denominamos Eros y Ágape.

Haag resalta también la idea de que un puritanismo contrario a la sexualidad no puede defenderse en base a las enseñanzas de la Biblia, porque el amor y la sexualidad, Eros (véase eros -enlace en inglés- también en sentido filosófico) y la religión no aparecen en esta como contrarios irreconciliables.

Eros. Cerámica ática de figuras rojas. Hacia 450 a.d.C., Louvre, París.© Public Domain, Jastrow, Wikipedia
En "Eros", Wikipedia alemana: Homero no nos habla aún de Eros. En la Teogonía del poeta Hesíodo, Eros es, junto con Gea, Nix, Tártaro y Érebo, uno de los cinco primeros dioses surgidos tras el caos primigenio.

Incluso el lenguaje de quienes rezan nos recuerda al utilizado por quienes aman. Todo esto subraya que detrás del “árbol del conocimiento” y de la “expulsión del Paraíso” subyacen ¡motivos muy diferentes! Evidentemente, la reproducción que Dios ha querido no puede ser pecado.

En cambio, un pecado sí puede ser el hecho de que la comida cocinada nos sepa tan bien gracias a las moléculas de Maillard, y que ya no nos alimentemos para beneficio del cuerpo sino para contentar a nuestro paladar. Los numerosos estudios realizados nos muestran con claridad distintos efectos según los diferentes tipos de alimentación.

En definitiva, el concepto enfermedad de la civilización nos indica que estamos cometiendo graves errores en nuestro estilo de vida actual. En cualquier caso, los seguidores de los llamados padres de la Iglesia nos han vuelto a “aguar” todo lo relacionado con la alimentación y se han centrado de nuevo en el cuerpo. Tan sólo se mantiene una limitación relacionada con el consumo de carne y únicamente en determinados lugares.

Así, la Iglesia católica se refiere aún a la “prohibición” de consumir carne los viernes; solamente podría comerse pescado. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las personas desconoce la existencia de dicha limitación. De hecho, en el Levítico, Moisés se refiere a la carne de cerdo como “impura”. “… el que lo toque, quedará impuro hasta la tarde”. [Levítico 11,26]

El Corán contiene ideas similares y prohíbe la carne de los animales que han muerto, la sangre de todos y la carne de cerdo en particular. El consumo de carne de cerdo ha tenido sus altibajos a lo largo del tiempo. En cualquier caso, en Alemania, hoy en día se sigue consumiendo una cantidad de 40 kg por persona y año. [erzeugermarkt.de, 1999-2009].

Tentempié para varios comensales: mango, piña y kiwi con zumo de naranja roja recién exprimido.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb, Foundation Diet and Health Switzerland
Tentempié para varios comensales a base de mango, piña y kiwi, con zumo recién exprimido de la tan apreciada naranja roja. Es preferible comer las naranjas en gajos.

En cuanto al consumo de otro tipo de carne, este asciende todavía a un total de 20 kg por persona, incluidos bebés y vegetarianos. En el Evangelio de la Paz de los Esenios, Jesús dijo:

No matéis ni a hombres ni a bestias, ni aún la comida que pasa por vuestra boca. Pues si coméis alimentos vivos, los mismos os vivificarán. Más si matáis vuestros alimentos, los animales muertos os matarán también. Porque la vida viene solamente de la vida y de la muerte viene siempre la muerte. Pues todo lo que mata vuestros alimentos, mata vuestros cuerpos también. Y todo lo que mata vuestros cuerpos, mata también vuestras almas. Y vuestros cuerpos vendrán a ser lo que vuestros alimentos sean, así como vuestros espíritus vendrán a ser lo que vuestros pensamientos sean. (…) De cierto os digo, vivid con el fuego de la vida y no preparéis vuestros alimentos con el fuego de la muerte. Si matáis vuestros alimentos, matáis también vuestros cuerpos y vuestras almas. [224-16]

En la actualidad pocas personas saben que el pan de aquellos tiempos era “un alimento solar”, no un pan horneado. ¡Jesús no nos da “nuestro pan perjudicial” sino “nuestro pan de cada día”!

2. Inconvenientes de la alimentación cruda

En el artículo “¿Alimentos crudos? ¡No, gracias!” se describen fundamentalmente algunos inconvenientes desde el punto de vista psicológico.

  • Con seguridad, una de las mayores desventajas es el reducido número de crudistas en relación con el resto de la sociedad. Quien opta por la comida cruda se encuentra prácticamente solo, o al menos lo estaba hasta que apareció internet.

Hoy en día existen numerosos grupos experimentados que prestan su ayuda gustosamente. De todos modos, se trata de un entorno en donde predomina mucho sectarismo en relación con las diferentes formas de alimentación. En general podría decirse que si hacemos caso a cada idea más bien maniática nada sería comestible.

Alimentos crudos en "Whole Food Markets", EE.UU., primavera de 2013.© CC-by-sa 2.0, Ernst Erb, Foundation Diet and Health Switzerland
También ofertan platos preparados que pueden consumirse ahí mismo o que están listos para llevar. Encontramos de todo: desde productos elaborados hasta alimentos crudiveganos de la agricultura biológica local.
  • Por todo esto, no resulta sencillo elegir la “corriente de alimentación crudista más adecuada”. En los artículos siguientes encontrará una clara clasificación de las diferentes corrientes de alimentación crudista, con sus respectivas ventajas e inconvenientes. Dicha cuestión va más allá de los objetivos de un texto introductorio como el presente.
  • Es un hecho que en un buen restaurante podemos comer deliciosas ensaladas, con o sin salsas, y tomar fruta para desayunar, pero en general pensamos que no “estamos tan bien servidos” como el resto de los comensales. En la mayoría de los restaurantes no saben cómo actuar al respecto.

Las comidas fuera de casa no son realmente placenteras ni lo más problemático, también lo son las invitaciones, salvo que el anfitrión respete las motivaciones de sus invitados.

  • Pero, a decir verdad, se trata de unos inconvenientes mínimos; en mi opinión, lo más difícil es el factor “tierra inhóspita”. La primera tarea consistirá así en aprender a moverse en dicha “jungla” y para ello se precisa tiempo.

Por eso encontrará a continuación informaciones importantes sobre lo que ya ha demostrado su eficacia y sobre los peligros potenciales, por ejemplo, las judías no cocidas.

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